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Tragicomedia de Emiliano García Page y otros socialistas
Sánchez, con la convocatoria, lo que pretende es sembrar la división entre los presidentes del PP y el líder del partido Alberto Núñez Feijóo
Fernando de Rojas (1465-1541) es el autor a quien se atribuye la autoría de la Tragicomedia de Calixto y Melibea, también conocida como La Celestina. Allí escribe que «inicua –no confundir con inocua– es la ley que a todos no es igual». Ayer, Pedro Sánchez empezó a recibir presidentes de Comunidades Autónomas en la Moncloa para intentar controlar el incendio político que asola a parte de España, tras el pacto entre indepes y socialistas para que Cataluña tenga un concierto fiscal, se llame como se llame. Cumple todos los requisitos del test del pato, condensado por el poeta americano James Whitcomb (1849-1916): «cuando veo un pájaro que anda como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, lo llamo pato». El presidente del Gobierno empezó con lo más fácil, el lehendakari vasco del PNV, Imanol Pradales. Los peneuvistas gobiernan con los socialistas en Euskadi y están doctorados en obtener dinero y más concesiones a cambio de su apoyo al Gobierno del PSOE, incluso para una «legislatura larga». Coser y cantar. Luego siguió con los populares Rueda y Moreno. Buenas palabras y poco más.
Sánchez, con la convocatoria, lo que pretende es sembrar la división entre los presidentes del PP y el líder del partido Alberto Núñez Feijóo, con el caramelo de que también les dará mas dinero y/o les condonará parte o todo de la deuda que tienen con el Estado. Es una oferta tramposa, claro, pero también puede ser difícil resistirse a ella y habrá quien piense, como Oscar Wilde (1854-1900) que «la única forma de evitar la tentación es caer en ella». En cualquier caso, el inquilino de la Moncloa, a quien no se le puede negar habilidad política, ha sembrado las semillas de la discordia interna en el PP, al margen de que fructifiquen más o menos. El plato fuerte de esta ronda de reuniones, mejor dicho el más vistoso, puede ser –si llega– el del encuentro con el presidente castellano-manchego Emiliano García Page, contrario, casi sin matices, al concierto catalán, como el líder socialista aragonés, Javier Lambán. El problema de Page, que quizá ya empiece a pasarle factura, es que discrepa con Sánchez en temas autonómicos, pero al final cierra filas y vota con él. Y ahora, aunque no dependen de él, ni le deben obediencia, el que los diputados castellano-manchegos del PSOE apoyen el concierto, quizá no se entienda en su tierra. Es la tragicomedia de Emiliano García Page y también de algún socialista más, que solo necesita un moderno Fernando de Rojas que la escriba y aproveche aquello de que «inicua es la ley que a todos no es igual».
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