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País Vasco

La isla vasca donde se rodó Juego de Tronos y se ilumina solo por San Juan

En un islote de roca al borde del Cantábrico se alza una ermita de leyenda, envuelta en tradición, misticismo y dos noches al año en que se bañará en luz para celebrar San Juan y despedir el año

La isla vasca donde se rodó Juego de Tronos y se ilumina solo por San Juan Adobe

Entre Bakio y Bermeo, en la costa de Vizcaya, se alza un escenario que combina naturaleza salvaje, historia y fantasía: San Juan de Gaztelugatxe. Esta pequeña ermita sobre un islote, conectada al continente por un puente de dos arcos y una empinada escalinata de 241 peldaños, es mucho más que un reclamo turístico. Es un fragmento de leyenda viva que aparece iluminado sólo dos veces al año, una de ellas la noche de este martes de San Juan, y que fue escenario de la fortaleza de Rocadragón en la serie Juego de Tronos.

La isla que inspiró a Juego de Tronos y se enciende por San Juan

Apenas 80 metros sobre el nivel del mar, la ermita de San Juan ha sido reconstruida en varias ocasiones, la más reciente en 1983 tras un incendio, pero conserva ese aire enigmático que la ha convertido en Monumento Natural. Las vistas, la brisa del Cantábrico y la perseverancia necesaria para subir su escalinata crean una experiencia única. Además, abundan las leyendas: dicen que el corsario Sir Francis Drake la destruyó en 1593, que la huella del santo está en el último peldaño, y que su atmósfera inspiró escenas de piratas y akelarres.

Para preservar su esencia, el acceso al islote está restringido: diariamente sólo pueden acceder 1.462 personas con reserva obligatoria. Pero hay dos días al año en que el sitio se transforma en un escenario ceremonial.

Las luces encendidas de Gaztelugatxe durante la noche de San Juan (por: Imanol Zuaznabar)Imanol Zuaznabar

El 24 de junio, durante la romería de San Juan Bautista, en la que se realiza una ofrenda al santo de Gaztelugatxe y el 30 de diciembre, en la íntima celebración del fin de año en memoria del cura Ramón Mendizabal y los miembros de la Comisión de Mantenimiento, se ilumina el camino de piedra que conduce a la ermita. Luces estratégicas que dan un aire místico al peñón y lo convierten en un espectáculo visual.

La noche del 30 de diciembre se celebra una misa muy sentida, seguida de un reparto de chocolate caliente por parte de la Comisión de Mantenimiento, en recuerdo de quien impulsó la reparación de la ermita en 1980. Después de la liturgia, con las escaleras ya iluminadas, los asistentes descienden bajo una atmósfera cargada de calidez comunitaria. A diferencia de las celebraciones de San Juan, esta es una ceremonia íntima que combina devoción y fraternidad en pleno invierno.

El impacto mediático de Juego de Tronos elevó aún más la fama de Gaztelugatxe, atrayendo a legiones de seguidores que acudían a “replicar la experiencia de Camino a Rocadragón”. Esa popularidad obligó a que las autoridades establecieran control de aforos, reservas online gratuitas y franjas de acceso, especialmente durante el verano.

Escena de San Juan de Gaztelugatxe como Rocadragón en "Juego de Tronos"larazon

Pero más allá del turismo, San Juan de Gaztelugatxe sigue siendo un enclave espiritual y comunitario, un lugar donde la historia, la devoción y la liturgia se funden con el entorno natural. Es un templo natural, un símbolo de patrimonio intangible y un refugio para quienes buscan conectar con algo más allá de la vista. Y si tienes la suerte de llegar una noche de San Juan o de fin de año, las luces en la piedra te recordarán que estás pisando un lugar donde lo humano, lo natural y lo místico confluyen para iluminar la historia.

Visitar Gaztelugatxe es una experiencia única, pero requiere responsabilidad: cumplir con el aforo, respetar los días reservados para las celebraciones locales y mantenerse en silencio cuando hay ceremonias en curso. Las zonas protegidas, como la ermita y los ecosistemas circundantes, exigen un trato cuidadoso.