Turismo
El pueblo casi fantasma del País Vasco que apenas tiene 20 habitantes y pocos conocen
El País Vasco alberga pueblos poco conocidos que han quedado al margen del turismo masivo, pero que aún vale la pena visitar porque conservan su historia y tradición
España es un país con un gran patrimonio histórica y cultural, con pueblos que parecen haberse detenido en el tiempo y que siguen cautivando a los viajeros más curiosos. Más allá de los destinos turísticos habituales, existen rincones escondidos que despiertan la fascinación de quienes buscan lugares con historia, encanto y un aire de misterio. País Vasco, a pesar de ser una región conocida por sus grandes ciudades como Bilbao, San Sebastián y Vitoria-Gasteiz, también alberga pueblos olvidados que sorprenden.
Entre ellos, destaca Iturrieta, un pueblo casi deshabitado en lo alto de la provincia de Álava, y Labraza, la villa amurallada más pequeña de País Vasco, con una historia medieval intacta. Ambos son ejemplos de localidades que, aunque con pocos habitantes, conservan un atractivo único y merecen ser exploradas.
El pueblo fantasma de País Vasco
Ubicado en la provincia de Álava, en el municipio de Salvatierra, Iturrieta es conocido como el pueblo más alto de País Vasco, con casi 1.000 metros de altitud. Sin embargo, lo que realmente lo hace especial es su escasa población. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 solo contaba con 17 habitantes, lo que le ha valido el apodo de "pueblo fantasma".
A pesar de estar casi deshabitado, Iturrieta tiene una historia documentada que se remonta a 1563, cuando ya se hablaba de su existencia. Durante siglos, el pueblo sufrió un progresivo despoblamiento hasta que, a principios del siglo XX, una granja para el cultivo de patata revitalizó momentáneamente la zona. No obstante, con el paso del tiempo, los habitantes volvieron a marcharse, dejando tras de sí un lugar que parece anclado en el pasado.
Hoy en día, Iturrieta se ha convertido en un destino para los amantes del turismo rural y la naturaleza. Su ubicación privilegiada en plena Montaña Alavesa ofrece unas vistas espectaculares y rutas de senderismo que permiten disfrutar del paisaje montañoso y la tranquilidad absoluta. Además, a pocos kilómetros se encuentra Onraita-Erroeta, otro pequeño pueblo que forma parte de la Cuadrilla de Kanpezu-Montaña Alavesa, un entorno ideal para quienes buscan desconectar y sumergirse en un lugar casi desconocido.
La villa amurallada más pequeña de País Vasco
Si Iturrieta es un pueblo casi deshabitado, Labraza es una joya medieval que, a pesar de su reducido tamaño, ha conseguido mantener su encanto intacto. Situado en el municipio de Oyón, en Álava, Labraza cuenta con apenas 94 habitantes y una extensión de 0,57 hectáreas, lo que la convierte en la villa más pequeña del País Vasco.
A pesar de su tamaño, Labraza esconde una historia fascinante. Rodeada por una muralla medieval que se conserva en excelente estado, esta localidad ha sido reconocida por su valor histórico. En 2008, recibió el prestigioso Premio Mundial de Ciudades Amuralladas, siendo considerada una de las fortificaciones mejor conservadas del mundo.
Se cree que Labraza pudo haber servido de inspiración para Pío Baroja, quien en su novela El mayorazgo de Labraz describe una villa con características muy similares. La localidad, con su alcázar, torreones, pasadizos y túneles secretos, transporta a los visitantes a otra época, permitiéndoles recorrer sus estrechas calles empedradas y disfrutar de una auténtica atmósfera medieval.
Entre los lugares más destacados de Labraza se encuentran la Fuente del Moro y la iglesia de San Miguel, ambas construidas entre los siglos XIV y XV. Además, en las inmediaciones del pueblo se encuentra el Pinar de Dueñas, un bosque de pino que añade un atractivo natural a esta joya histórica.