Quema de contenedores

Vecinos de Bilbao se movilizan contra la quema constante de contenedores: "Nos sentimos abandonados"

Más de una veintena de fuegos intencionados han afectado a contenedores, vehículos y comercios en el último año

Contenedores quemados en Palma
Contenedores quemados en Palma Europa Press

El barrio bilbaíno de Amézola vive con preocupación una oleada de incendios provocados en el mobiliario urbano. En lo que va de año, los contenedores de basura se han convertido en el principal objetivo de los vándalos, con más de veinte episodios registrados que en muchos casos se han extendido a vehículos cercanos, viviendas y locales comerciales. Ante la reiteración de los ataques, los vecinos han decidido organizar patrullas nocturnas para alertar al 112 en cuanto detecten actividades sospechosas.

Javi, uno de los residentes que participa en estas rondas, explica que su función es “avisar de inmediato si ven algo raro”. Otro miembro del grupo, Iñaki, confirma que patrullan “solo con el móvil y un silbato”. En el último año, las sirenas de los bomberos se han convertido en un sonido habitual en la zona. Ane, vecina del barrio, asegura que los contenedores bajo su vivienda “los han quemado varias veces en un solo mes”. Otros residentes apuntan que calles como General Salazar y Labayru han visto arder prácticamente todos sus contenedores.

Los incendios, de origen intencionado, han afectado también a coches estacionados. Floren, vecino de la zona, relata que “las llamas alcanzaron varios vehículos, a alguno hasta dos veces”. Los daños han llegado a comercios y bares próximos, como el de Iñaki: “El fuego me quemó la persiana del local, levantó la pintura y abrasó la caja del rótulo”. Matxalen, cuya vivienda resultó dañada, cuenta que las ventanas quedaron ennegrecidas por el humo. En la pensión de Silvia, el último incendio rompió los cristales y obligó a desalojar el edificio.

Los vecinos reclaman medidas ante la falta de seguridad

Los afectados aseguran sentirse desprotegidos y reclaman al Ayuntamiento medidas efectivas para frenar los incendios. “Hace falta más seguridad”, protestan Alicia y Juan Antonio, dueños de una tienda cercana. Silvia propone instalar contenedores ignífugos y cámaras de vigilancia, y varios residentes sugieren vaciar los recipientes de papel por la noche para reducir el riesgo de combustión.

“Queremos dejar de sentir el calor del fuego bajo nuestras ventanas”, resume una vecina, reflejando el sentir general de un barrio que ha pasado de la indignación a la acción vecinal ante la continua sucesión de incendios.