Religión
Y después ¿qué?
Tranquilos, esto no se trata de una reflexión existencialista o de un análisis propio acerca de cómo veo las cosas. Más bien, les estoy ofreciendo una invitación.
A tan solo un instante entre lo temporal y lo eterno. A tan solo un momento entre “lo visible” y lo “invisible”. Discurrimos por esta vida muchas veces inconscientes de esta realidad. Ayunos de propósito vital, vamos camuflando los anhelos y los gritos del alma de diversas maneras, procurando sentir mucho y pensar poco. De hecho, nuestra época actual, particularmente en Occidente, no se caracteriza por el uso de la razón y la lógica, sino por el sentimiento y el deseo guiado por el placer.
De hecho, si tuviésemos que ilustrar con una imagen a nuestra sociedad podríamos esbozar un caballo sin riendas, sin silla de montar que galopa en todas las direcciones y en ninguna al mismo tiempo. Con todo, aún por paradójico que pueda parecer ese caballo tiene unas riendas y una silla muy bien ajustadas con un jinete que sabe muy bien hacia dónde se dirige.
Tranquilos, esto no se trata de una reflexión existencialista o de un análisis propio acerca de cómo veo las cosas. Más bien, les estoy ofreciendo una invitación.
Una invitación a que paren y reflexionen. Hubo una vez un personaje, hace siglos, que nos animó a contemplar los lirios del campo y observar a los pájaros. ¿Como podríamos hacer eso si no nos detenemos unos instantes?
Porque por más que nos esforcemos en negarlo, en acallar esos anhelos, gritos, clamores del alma y de la propia razón, la pregunta irrumpe con aún más fuerza desde lo más profundo de nuestro ser: ¿después de esto qué?
El único capaz de responder a esto es una persona, una persona real de carne y hueso llamada Jesús de Nazaret.
Nadie puede negar la importancia histórica de Jesús de Nazaret, su predicación y la expansión de su mensaje por el mundo entero.
Pienses lo que pienses de Jesús, es un personaje importante. La pregunta fundamental es: ¿Quién es Jesús para ti?
C. S. Lewis, famoso por sus Crónicas de Narnia nos lanzó la siguiente reflexión:
‘O ese hombre era el Hijo de Dios, o era un loco o algo mucho peor’
De la respuesta que demos a quien es y quien es para ti Jesús, marcará tu futuro en esta vida y más allá de esta vida.
Es por eso que animo al lector de estas líneas a que se plantee: ¿es Jesús alguien real para mi hoy? ¿puedo tener una relación personal con Él?
Si aún no tienes una relación personal con Él, hoy mismo puedes empezar a tenerla, te animo a que cierres los ojos y hagas de todo corazón la siguiente oración:
Señor Jesús, quiero seguirte y aceptarte en mi vida como mi Señor y Salvador personal. Amén.
Abre tu corazón a Jesús, puedo dar fe que la vida te cambiará por completo.
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