Francisco, nuevo Papa

Francisco simplifica la misa de Pontificado

La celebración será algo más corta, durará dos horas, y estará concelebrada por 180 religiosos, dos de ellos españoles

Dos monjas pasean frente a los agentes de Policía en la plaza de San Pedro en el Vaticano
Dos monjas pasean frente a los agentes de Policía en la plaza de San Pedro en el Vaticanolarazon

Miles de peregrinos se encuentran ya en la plaza de San Pedro del Vaticano y en las calles adyacentes para asistir a la solemne misa de inicio de pontificado de Francisco, que comenzará a las 09.30 horas local.

La plaza de San Pedro del Vaticano volverá a ser hoy «la plaza del mundo», como dijo el propio Francisco el pasado domingo durante su primer Ángelus como Papa. Se esperan que participen cientos de miles de personas en la misa con la que comienza hoy su ministerio petrino como obispo de Roma. Entre los congregados habrá delegaciones de 132 países y organizaciones internacionales, representantes de 33 comunidades cristianas no católicas e importantes personalidades del judaísmo, el islam y de otras religiones. La Eucaristía estará presidida por el Pontífice y será concelebrada por otras 180 personas: todos los cardenales presentes en Roma, los patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias orientales católicas, el secretario del Colegio Cardenalicio, el arzobispo Lorenzo Baldisseri, y dos religiosos españoles. Se trata del palentino Adolfo Nicolás, prepósito general de la Compañía de Jesús (jesuitas), a la que pertenece el nuevo Papa, y del gallego José Rodríguez Carballo, ministro general de la Orden de los Frailes Menores (franciscanos) y presidente de la Unión de Superiores Generales (USG), el gora donde se encuentran las más de 200 congregaciones masculinas de vida religiosa de la Iglesia católica.

Según contó el portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi, la misa será muy similar a la que se celebró en 2005 para inaugurar el pontificado de Ratzinger. Sólo habrá unas pequeñas modificaciones que pueden hacer la ceremonia algo más corta. Se prevé que dure unas dos horas. El Evangelio se leerá sólo en griego, el Papa no dará la comunión (habrá 500 sacerdotes para comulgar por toda la plaza) y no se celebrará una solemne procesión de ofrendas hacia el altar. Las lecturas serán las propias del día de hoy, festividad de San José, patrón de la Iglesia. No habrá por tanto ningún texto bíblico en particular relacionado con el nuevo Papa o con el gobierno de la comunidad cristiana. Estas cuestiones sí que serán tratadas probablemente en la homilía que pronuncie Francisco. Aunque tendrá un texto escrito, se espera, como es habitual en él, que realice improvisaciones y puntualizaciones conforme va hablando.

Antes de comenzar la misa, el nuevo Papa visitará la tumba de San Pedro, situada en el corazón de la Basílica, acompañado por los diez patriarcas u obispos mayores de las Iglesias orientales católicas. Rezará frente a la tumba del primer obispo de Roma y encontrará allí el anillo del pescador y el palio que antes utilizó Benedicto XVI. Estos dos símbolos del pontificado le serán entregados luego, en la plaza, a la conclusión de la procesión con la que Francisco saldrá de la basílica. Será el cardenal protodiácono, el francés Jean-Louis Tauran, quien anunció el «Habemus Papam» el pasado miércoles, el que le imponga la estola tela blanca de lana con cruces rojas, que simbolizan las llagas de Cristo. El anillo se lo pondrá el decano del Colegio cardenalicio, el italiano Angelo Sodano. En medio de los dos, el cardenal protopresbítero, el belga Godfried Daneels, realizará una oración.

Tras la imposición del palio y del anillo del pescador, llegará el último rito antes de la Eucaristía: el momento en que los cardenales jurarán obediencia al nuevo Papa. Sólo lo harán seis, dos en representación de cada una de las tres órdenes en que se divide el Colegio Cardenalicio. Una vez acabada la misa, Francisco volverá a entrar en la basílica de San Pedro, donde recibirá y saludará a los miembros de las 132 delegaciones que participan en la ceremonia. Con los representantes de otras Iglesias y de otras religiones se reunirá mañana en una audiencia en la Sala Clementina del Vaticano.