Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, 26 de octubre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

Hoy se conmemora a San Evaristo, cuarto Papa de la Iglesia Católica (siglo II), quien sentó las bases fundamentales para la expansión del cristianismo

San Evaristo papa
San Evaristo papaObra de Sandro BotticelliLa Razón

El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.

¿Qué santos se celebran hoy, domingo 26 de octubre?

  • San Alfredo el Grande: Rey de Wessex, Inglaterra, conocido por su valentía en la defensa contra los vikingos y su promoción del cristianismo.
  • San Demetrio de Tesalónica: Soldado romano martirizado en Sirmio por su fe cristiana; es venerado como uno de los grandes mártires orientales.
  • San Amando de Argentorato: Monje benedictino que evangelizó la región de Alsacia y fundó monasterios en la actual Francia.
  • San Aptonio de Angulema: Obispo de Angulema, Francia, conocido por su vida ascética y su dedicación pastoral.
  • San Beano de Mortlach: Monje escocés que fundó el monasterio de Mortlach y promovió la vida monástica en Escocia.
  • San Ceda de Lastingham: Obispo y abad inglés, conocido por su labor evangelizadora en Northumbria.
  • San Eata de Hexham: Obispo y abad inglés que promovió la vida monástica y la evangelización en Northumbria.
  • San Felicísimo de Cartago: Presbítero y colaborador de San Cipriano, martirizado en Cartago en el siglo III.
  • San Fulco de Pavía: Obispo italiano que promovió la vida monástica y la educación en su diócesis.
  • San Luciano de Bitinia: Mártir cristiano en Nicomedia durante la persecución de Decio.
  • San Marciano de Nicomedia: Mártir cristiano quemado vivo en Nicomedia bajo la persecución de Decio.
  • San Rogaciano de Cartago: Presbítero martirizado en Cartago durante la persecución de Decio; colaborador cercano de San Cipriano.
  • San Rústico de Narbona: Obispo martirizado en Narbona durante la persecución de Decio.
  • San Sigebaldo de Metz: Obispo de Metz, Francia, conocido por su vida ascética y su dedicación pastoral.
  • San Witta de Bürberg: Obispo inglés llamado por San Bonifacio para evangelizar la región de Hesse, Alemania.
  • Santa Gibitruda: Virgen y mártir venerada en la región de Hesse, Alemania.
  • Beato Buenaventura de Potenza: Fraile capuchino italiano conocido por su vida de oración y penitencia.
  • Beato Damián Furcheri: Sacerdote italiano dedicado a la educación y la pastoral en su comunidad.

San Evaristo: Vida y Pontificado

San Evaristo fue el cuarto Papa de la Iglesia Católica, sucediendo a San Clemente I, aproximadamente entre los años 99 y 107 d.C. Se le considera un pontífice del período primitivo de la Iglesia, encargado de consolidar la estructura jerárquica y litúrgica naciente. Durante su pontificado, se le atribuye la organización de los primeros sacerdotes en diócesis, así como la promoción de la disciplina clerical, incluyendo la separación del matrimonio para ciertos clérigos. Se le reconoce por su defensa de la fe frente a corrientes heréticas de la época y por reforzar la autoridad del Papado en Roma.

Canonización y Legado

San Evaristo es considerado santo desde la antigüedad, por lo que no pasó por el proceso formal moderno de canonización; su festividad se celebra el 26 de octubre. Su legado principal radica en la fortalecida estructura de la Iglesia primitiva, especialmente en la organización de presbíteros y obispos, sentando bases que serían fundamentales para la expansión del cristianismo. Es recordado como un modelo de liderazgo espiritual y disciplina eclesiástica en tiempos de persecución y desafío.

Exilio y Muerte

Aunque la tradición no ofrece muchos detalles precisos sobre su vida, se sabe que San Evaristo murió en Roma, probablemente martirizado, aunque algunas fuentes sugieren que pudo haber fallecido de manera natural. No existen registros de un exilio oficial, pero sí se reconoce que su pontificado transcurrió en un período de persecuciones esporádicas contra los cristianos, lo que implicaba riesgos constantes para los líderes de la Iglesia. Fue enterrado en Roma y su memoria ha sido preservada a lo largo de los siglos por la veneración de los fieles.

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