Cargando...

Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, 28 de junio? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

Hoy se conmemora la figura de San Ireneo, considerado uno de los grandes teólogos de los primeros siglos en una época marcada por la proliferación de sectas y herejías

San Ireneo de Lyon Dominio Público

El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.

¿Qué santos se celebran hoy, sábado 28 de junio?

  • San Argimiro de Córdoba: Monje y mártir cordobés del siglo IX, torturado y muerto por no renegar de su fe en época del califato.
  • San Heimerado de Hassungen: Presbítero y ermitaño alemán del siglo XI, conocido por su vida de peregrinación y aislamiento.
  • San Juan Southworth: Sacerdote y mártir inglés del siglo XVII, víctima de la persecución religiosa bajo Cromwell.
  • San Pablo I: Papa del siglo VIII notable por salvar reliquias de santos y por su compasión hacia los pobres.
  • Santa María Du Zhaozhi: Mártir china del siglo XX, quien fue ejecutada por mantenerse firme en su fe.
  • Santa Vicenta Gerosa: Religiosa italiana del siglo XIX, cofundadora del Instituto de las Hermanas de la Caridad.

San Ireneo: Vida y Pontificado

San Ireneo nació hacia el año 130 en Esmirna, en Asia Menor, una ciudad donde el cristianismo ya había echado raíces desde tiempos apostólicos. Tuvo la suerte de formarse bajo la guía de San Policarpo, quien a su vez había sido discípulo directo del apóstol San Juan. Este linaje espiritual marcó profundamente su pensamiento y le dio un fuerte sentido de continuidad con la enseñanza original de Cristo y los apóstoles.

Ya siendo adulto, Ireneo viajó a la Galia, donde se integró en la floreciente comunidad cristiana de Lyon (entonces Lugdunum), una ciudad romana clave. Allí fue ordenado presbítero y, tras el martirio de San Potino en la persecución del año 177, fue elegido como su sucesor y consagrado obispo. Como pastor, San Ireneo se destacó no solo por su celo apostólico, sino también por su carácter pacificador y profundamente teológico. En una época marcada por la proliferación de sectas y herejías, se convirtió en una figura clave para mantener la unidad de la fe.

Su obra más célebre, Adversus Haereses ("Contra las herejías"), es una defensa sistemática de la doctrina cristiana frente al gnosticismo, que amenazaba con desfigurar el mensaje evangélico. En ella ofrece una visión coherente, encarnada y profundamente esperanzadora del cristianismo. Para Ireneo, la salvación no era una evasión del mundo, sino una transfiguración del ser humano por la gracia de Dios hecho carne en Cristo.

Canonización y Legado

San Ireneo fue reconocido como santo desde los primeros siglos del cristianismo. Aunque su canonización no siguió el proceso formal que conocemos hoy, su culto fue espontáneo y extendido en Oriente y Occidente. El paso del tiempo no hizo sino acrecentar su prestigio como defensor de la fe auténtica y como uno de los grandes Padres de la Iglesia.

En 2022, el Papa Francisco lo proclamó Doctor de la Iglesia, otorgándole el título de 'Doctor unitatis', es decir, 'Doctor de la unidad'. Esta distinción reconoce su papel como puente entre tradiciones. Habiendo nacido en Oriente y vivido su ministerio en Occidente, Ireneo supo tender lazos entre culturas y modos distintos de vivir la fe cristiana. Fue, de hecho, uno de los primeros en subrayar la importancia de la tradición apostólica como garantía de la verdad frente a las interpretaciones erráticas.

Su legado teológico es amplio: ayudó a estructurar la doctrina cristiana en un momento crucial, defendió la autoridad de los obispos como sucesores de los apóstoles y ofreció una visión profundamente positiva del ser humano y del mundo creado, en contraposición al dualismo gnóstico. Su pensamiento es una de las piedras angulares del cristianismo tal como hoy lo conocemos.

Exilio y Muerte

Sobre los últimos años de su vida no existen muchos datos precisos. Algunas tradiciones sostienen que San Ireneo murió mártir en Lyon hacia el año 202, durante la persecución del emperador Septimio Severo. Sin embargo, esta afirmación no está documentada de manera concluyente y algunos estudiosos opinan que pudo haber fallecido de muerte natural, después de una larga vida de servicio pastoral y teológico.

Lo que sí sabemos es que su tumba fue venerada muy pronto por los cristianos de Lyon y que su figura no desapareció con su muerte, sino que fue ganando relevancia con el paso de los siglos. La Iglesia lo consideró siempre como un faro de ortodoxia y sabiduría en tiempos de confusión y cisma. Su serenidad frente al error, su caridad pastoral y su fidelidad a la enseñanza recibida lo convirtieron en un modelo de obispo y maestro de la fe.

Dónde se celebra

San Ireneo es especialmente venerado en Lyon, la ciudad que pastoreó con tanto empeño. Su memoria litúrgica se celebra cada 28 de junio, justo antes de la solemnidad de San Pedro y San Pablo. Esta cercanía en el calendario no es casual: refleja su papel como defensor de la fe apostólica y de la unidad de la Iglesia.

Aunque su figura fue especialmente destacada en Francia, también es reconocido en muchas otras partes del mundo cristiano. Las iglesias católicas y varias iglesias ortodoxas lo honran como uno de los grandes teólogos de los primeros siglos. En tiempos recientes, su figura ha adquirido una nueva importancia en el ámbito del diálogo ecuménico, ya que su vida y pensamiento son ejemplo de cómo tender puentes entre tradiciones y culturas dentro del cristianismo.