Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, 14 de junio? Lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica

Hoy se conmemora a San Anastasio y a Santa Digna de Córdoba

Santos Anastasio, Digna y Félix
Santos Anastasio, Digna y Félix InfoVaticanaInfoVaticana

Hoy, viernes 14 de junio , el santoral de la Iglesia Católica conmemora a varios beatos y santos que han formado parte de la historia del cristianismo. Además de ser una forma de honrar a los santos y beatificados, también sirve como una guía para los católicos, que pueden encontrar inspiración en las vidas y obras de estos santos. Hoy celebramos a varios santos, los más destacados son:

Santos que se celebran hoy viernes 14 de junio

  • San Anastasio de Córdoba
  • Santa Digna de Córdoba
  • San Eliseo
  • San Félix de Córdoba
  • San Fortunato de Nápoles
  • San Metodio de Constantinopla
  • San Proto de Aquileya
  • San Rufino de Soissons
  • San Valerio de Soissons
  • San Eterio de Vienne

Estos son los santos más destacados:

San Anastasio de Córdoba: un ejemplo de fe y valentía

San Anastasio de Córdoba
San Anastasio de CórdobaEnciclopedia CatólicaEnciclopedia Católica

Anastasio nació en Córdoba, España, alrededor del año 800. Creció en una familia cristiana y desde temprana edad recibió una profunda educación religiosa. Se convirtió en un hombre devoto y estudioso, dedicando su vida al servicio de la Iglesia.

Ministerio sacerdotal:

Anastasio fue ordenado sacerdote y se dedicó con fervor a su ministerio. Predicaba la palabra de Dios con pasión y defendía la fe cristiana con convicción. Su celo por la evangelización lo llevó a desafiar las leyes impuestas por los musulmanes, que prohibían la predicación y el proselitismo cristiano.

Martirio:

En el año 853, Anastasio fue arrestado por las autoridades musulmanas debido a su activismo religioso. Se le acusó de blasfemia y apostasía, y fue condenado a muerte. A pesar de las torturas y amenazas, Anastasio se mantuvo firme en su fe y se negó a renunciar a sus creencias.

Muerte y legado:

Anastasio fue decapitado en la ciudad de Córdoba. Su muerte conmocionó a la comunidad cristiana y lo convirtió en un símbolo de resistencia y martirio. Sus restos fueron enterrados en la iglesia de San Acisclo de Córdoba, donde aún se veneran hoy en día.

San Anastasio de Córdoba es considerado un santo por la Iglesia Católica. Su historia es un recordatorio del poder de la fe y la importancia de defender nuestras creencias, incluso frente a la adversidad.

Santa Digna de Córdoba: un faro de esperanza en tiempos de oscuridad

Santa Digna de Córdoba
Santa Digna de CórdobaVidas SantasVidas Santas

Digna nació en una familia cristiana devota en Córdoba. Desde pequeña, se destacó por su piedad y su amor a Dios. Movida por un profundo deseo de servirle, decidió consagrar su vida a la oración y la contemplación en un monasterio cercano a la ciudad.

Llamado al martirio:

En el año 853, la comunidad cristiana de Córdoba se vio envuelta en una ola de persecución. Dos hombres, Anastasio, un presbítero, y Félix, un monje, fueron arrestados y condenados a muerte por su fe. Al enterarse de su martirio, Digna sintió una profunda indignación y un fuerte deseo de defender la verdad de su fe.

Un acto de valentía:

Conmovida por la injusticia y motivada por su amor a Dios, Digna decidió desafiar a las autoridades musulmanas. Se dirigió al tribunal donde se había juzgado a Anastasio y Félix, y con valentía reprochó al juez por su crueldad y defendió abiertamente su fe cristiana.

Un final glorioso:

Las palabras de Digna no fueron bien recibidas por el juez, quien la consideró una rebelde y una amenaza para el orden establecido. Sin dudarlo, ordenó su inmediata decapitación. Digna, sin temor alguno, aceptó su destino con serenidad y entereza, entregando su vida en ofrenda a Dios.

Santa Digna de Córdoba es considerada una mártir por la Iglesia Católica y su fiesta se celebra el 14 de junio. Su historia nos recuerda el poder de la fe y la valentía, incluso frente a la muerte. Su ejemplo nos inspira a defender nuestras creencias con convicción y a permanecer firmes en nuestra fe, sin importar las circunstancias.