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Consejos para cazar a tiempo las silenciosas ITS: Pueden ocasionar infertilidad y muerte fetal

woman hand holding her crotch suffering from pain,itchy concept
woman hand holding her crotch suffering from pain,itchy conceptDoucefleurGetty Images/iStockphoto

Las Infecciones de Transmisión sexual (ITS) tienen “efectos profundos” en la salud sexual y reproductiva en todo el mundo. Por ello, es vital diagnosticarlas a tiempo. Se trata de un grupo de enfermedades que, aunque no seamos conscientes de ello, están a la orden del día, nos rodean.

Sin embargo, cada día más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que anualmente unos 376 millones de personas contraen alguna de las cuatro principales ITS: clamidiosis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis.

“Son infecciones causadas por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (HIV), Virus de la Hepatitis tipo B (HVB), Virus Herpes Simple tipo 2 (VHS-2), o Virus del Papiloma Humana (HPV), entre otros”, según aclara el jefe de la Unidad de la Mujer del Hospital La Luz de Madrid, el doctor Manuel Albi.

Así, este especialista alerta de que la mayor parte de estas infecciones son “asintomáticas” o se acompañan de síntomas leves, que no siempre permiten diagnosticar la enfermedad a tiempo, a pesar de que pueden causar complicaciones clínicas que deriven en secuelas importantes, y además con repercusiones “potencialmente graves” tanto en la salud sexual como en la reproductiva de quienes las padecen.

En concreto, la OMS enumera las principales “consecuencias graves” de las ITS, más allá de la propia infección:

  • Algunas ITS, como el herpes y la sífilis, pueden multiplicar por tres o incluso por más el riesgo de contraer el VIH.
  • La transmisión de una ITS de la madre al niño puede causar defunción fetal o neonatal, prematuridad e insuficiencia ponderal al nacer, septicemia, neumonía, conjuntivitis neonatal, y anomalías congénitas. En 2016, más de un millón de embarazadas tenían sífilis activa, que causó complicaciones en alrededor de 350.000 partos, entre ellas 200.000 muertes del feto o el recién nacido.
  • La infección por el VPH provoca anualmente 570.000 casos de cáncer cervicouterino y 300.000 defunciones.
  • Algunas ITS, como la gonorrea y la clamidiosis, son causas importantes de enfermedad inflamatoria pélvica e infertilidad femenina.

Por todo ello, el máximo órgano de referencia en materia sanitaria defiende que la prevención es la mejor arma para combatir estas infecciones de transmisión sexual. En primer lugar empezando por una educación sexual de los pacientes, con el asesoramiento sobre prácticas sexuales seguras y una reducción de los riesgos, además del fomento de los preservativos; asesoramiento a grupos de población específicos como trabajadores sexuales, los hombres homosexuales, y los consumidores de drogas inyectables; así como asesoramiento y educación sexual en adolescentes.

La importancia de conocer los síntomas

“El conocimiento de estas enfermedades y la modificación de comportamientos de riesgo (prácticas sexuales seguras, uso de preservativo, etc.) resultan imprescindibles a la hora de reducir su incidencia”, coincide el doctor Albi.

Para este especialista, el diagnóstico entre las diferentes infecciones del tracto genital en ocasiones resulta difícil, ya que muchas presentan una clínica similar (leucorrea, secreción uretral, úlcera, prurito). “La anamnesis dirigida y la exploración clínica meticulosa son los pilares para el diagnóstico de presunción. Las pruebas complementarias permiten orientar o confirmar el diagnóstico etiológico (causa de la enfermedad) y se solicitan en función de la presunción diagnóstica”, recalca el jefe de la Unidad de la Mujer del Hospital La Luz de Madrid.

A su vez, remarca que la administración de pautas monodosis, tras la presunción diagnóstica, facilita el control de las ITS, además de favorecer el cumplimiento terapéutico y evitar demoras de tratamiento y secuelas posteriores, especialmente en aquellos casos en los que los síntomas se resuelven espontáneamente. “Las pacientes afectadas pueden ser poco cumplidoras o hay escaso conocimiento sobre las enfermedades y sus repercusiones. Hay que recordar que la infección simultánea de varias ITS acontece con relativa frecuencia”, asevera este experto.

Albi enumera así los principales síntomas de las ITS más frecuentes:

  • En la infección vulvovaginal por el hongo Cándida, la segunda causa más frecuente de vulvovaginitis después de la vaginosis bacteriana, tiene lugar prurito intenso y secreción blanquecina grumosa, aunque puede ser muy variable entre pacientes. Entre un 10 y un 50% de mujeres en edad reproductiva son portadoras de cándida. El tratamiento es sencillo, bien por vía local u oral.
  • Las infecciones bacterianas como la vaginosis bacteriana (VB), la infección vaginal más frecuente en las mujeres de países desarrollados en edad reproductiva, representa la causa de leucorrea (exceso de flujo vaginal) maloliente más común, y uno de los principales motivos de consulta médica. Su importancia radica en la asociación con riesgos durante el embarazo, principalmente prematuridad, y el riesgo de infección pélvica. Además, favorece la adquisición de la infección por VIH y de infecciones urinarias. No se considera una enfermedad de transmisión sexual, aunque es frecuente entre parejas de mujeres.
  • Las Clamidias. Infecciones urogenitales bacteriana muy frecuentes, especialmente en jóvenes con prácticas sexuales de riesgo, que infectan a más de 100 millones de personas cada año por vía sexual. “Son a menudo asintomáticas y no siempre desencadenan una respuesta inmune efectiva, lo que puede derivar en infecciones de larga evolución y complicaciones crónicas, especialmente graves por sus implicaciones reproductivas. Existe un tratamiento específico altamente eficaz”, sentencia Albi.