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Sanidad, hace dos meses: “La población sana no necesita usar mascarillas”

El Ministerio se rectifica a sí mismo y obligará a usar bucoprotectores cuando ya hay 27.650 muertos en España

Tuit del Ministerio de Sanidad
Tuit del Ministerio de SanidadLa RazónLa Razón

El Ministerio de Sanidad no para de dar bandazos en su estrategia de salud pública para combatir los efectos del coronavirus, enfermedad que ya se ha cobrado la vida de 27.650 personas en España, lo que nos sitúa entre los mayores países del mundo en mortalidad. Esta tarde, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ha anunciado que en los próximos días el departamento que dirige Salvador Illa aprobará una nueva orden ministerial para que el uso de las mascarillas sea obligatorio en los lugares públicos.

El anuncio se produce algo más de dos meses después de que el propio Ministerio de Sanidad desaconseja el uso de los bucoprotectores bucosanasales. Por ejemplo, en un tuit del 5 de marzo, cuando el virus ya circulaba libremente por España, el Ministerio de Illa preguntaba: ¿Quién debe usar una mascarilla? La respuesta que se daba era: “Es importante saber que la población sana no necesita utilizarlas”. En una comunicación divulgada ese mismo día, Sanidad insistía en que “la población general sana no debe usarlas”, recalcando que “las mascarillas ayudan a prevenir la transmisión del coronavirus si las llevan las personas enfermas”.

Como ya informó este periódico, el 24 de marzo, día en el que España contabilizaba ya 2.696 fallecidos por coronavirus, el Ministerio volvía a recalcar que “si estás sano no es necesaria la mascarilla”.

El 11 de abril, ya con 16.353 muertos en las estadísticas oficiales, el Gobierno pasó a “recomendar” su uso a la población general, coincidiendo con la reanudación de la actividad económica en algunos sectores no esenciales. El 4 de mayo ya con 25.428 fallecidos, Illa convirtió lo que hasta entonces era voluntario durante la utilización de los transportes públicos en obligatorio. El nuevo giro consiste en obligar a su utilización, además de en los transportes, en el resto de los lugares públicos. Justo lo contrario de lo preconizado el 5 de marzo.

Ahora bien. ¿Qué mascarillas deberá llevar la población? La incertidumbre vuelve a rodear este punto. Las llamadas higiénicas, una categoría que se inventó a comienzos de abril por el Gobierno, no son productos sanitarios y, según organizaciones tan importantes como la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), no sirven para proteger. También lo cree así el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y el propio Ministerio de Trabajo, que en un documento aseguraba en marzo que “no están preparadas para proteger de ningún riesgo” y “no se recomiendan para situaciones que impliquen exposición a agentes infecciosos”.

¿Y las quirúrgicas? Las quirúrgicas son algo mejores. Sí son un producto sanitario y, como tal, sólo se puede dispensar por profesionales sanitarios, con lo que su entrega por parte de policías en las estaciones de metro y autobús sería irregular. Estas mascarillas evitan, según decía Trabajo, “la transmisión de agentes infecciosos procedentes de la persona que la lleva puesta”. Uno de sus problemas es que su uso no debe prolongarse más allá de un día. Como su coste es de 0,96 euros, tras la regulación del Gobierno, cada ciudadano tendrá que abonar al menos 28,8 euros para ir protegido. Las FFPS, como las que repartido gratis la Comunidad de Madrid, cuestan más caras y protegen más. Por eso, están indicadas para el uso por parte de los profesionales sanitarios, más expuestos al virus.