Alimentación

El 96% de los jamones cocidos extra tienen un exceso de sal. ¿Cuáles se salvan?

Un total de 24 de los 25 productos analizados por la OCU tienen un contenido de cloruro de sodio superior a los 1,25 gramos por 100 gramos. ¿Cuál es el único que se salva?

El jamón cocido se pasa de sal
El jamón cocido se pasa de salWEB OCU

Controlar la ingesta de cloruro de sodio no es precisamente fácil. Al igual que pasa con el azúcar, los productos y las etiquetas no son siempre lo que afirman ser. El exceso de sal puede provenir de alimentos elaborados, ya sea porque son ricos en sal (como platos ultraprocesados o fiambres), porque se consumen en grandes cantidades o por la sal de cocina o mesa.

La sal “oculta” es la más difícil de reducir, salvo que se opte por productos bajos en sal. Así, un análisis de 25 jamones cocidos extra envasados realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela que 24 de ellos contienen más de 1,25 gramos por 100 gramos de jamón, cantidad a partir de la cual la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) considera que es un contenido alto. Es decir, el 96% de los analizados.

¿La excepción? Las Delizias al corte de Noel, que tiene 1,05 gramos, aunque es uno de los jamones cocidos extra más caros (18,82 euros/kg), tal y como explican vía comunicado en OCU Salud.

En cualquier caso, los jamones de categoría extra son los que incluyen una mayor cantidad de carne (entre un 82% y un 98%), frente a otras categorías con un mayor contenido de agua, almidones o aditivos como los fosfatos.

Entre los analizados por la OCU, dos destacan por su buena relación calidad precio: Finas lonchas de Nuestra Alacena, de Dia, en pack de dos (7,22 euros/kg); y Finas lochas de La Tabla, de Aldi, también en pack de dos (6,20 euros/kg). Ambos contienen un 85% de carne y comparten una buena valoración en higiene, lo mismo que una buena degustación.

Subida de precios

OCU advierte además una extraordinaria subida de precios, del 13%, en los últimos tres meses. Especialmente en marcas propias, donde los incrementos superan el 22%, mientras que en las marcas blancas apenas han subido el 2,5%.

La organización recuerda que “existen alternativas más saludables al jamón cocido y otras carnes procesadas para las meriendas, como los lácteos y la fruta, que deberían estar presentes en cualquier dieta variada y equilibrada. Sobre todo, porque se trata de un producto cárnico procesado, lo que implica un mayor riesgo de cáncer colorrectal según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de ahí que se recomiende que su consumo sea ocasional”.

“Es más, igual que sucede con los vegetales de hoja verde, debe evitarse dar jamón cocido a los niños menores de un año o de bajo peso, ya que contienen nitritos que podrían ocasionarles cianosis al bloquear el transporte de oxígeno en sangre”, añade la OCU.

A la vista de los resultados del estudio, la organización solicita a los fabricantes que reduzcan la cantidad de sal. Y vuelve a solicitar al Gobierno, que impulse el etiquetado Nutriscore, un etiquetado polémico y que no gusta precisamente a todos los expertos por los errores en ciertos productos.