Reproducción asistida

Estimulación ovárica en reproducción asistida: ¿cuantos más óvulos, mejor?

Esta estrategia de la estimulación fuerte para obtener el máximo número posible de óvulos ha sido cuestionada en varias ocasiones, sin embargo, un artículo recién publicado en la revista científica Reproductive Biomedicine Online parece poner fin a esta discrepancia médica.

La revista científica Reproductive Biomedicine Online demuestra con datos contrastados que una estimulación fuerte no disminuye la calidad de los óvulos ni de los embriones
La revista científica Reproductive Biomedicine Online demuestra con datos contrastados que una estimulación fuerte no disminuye la calidad de los óvulos ni de los embrionesPixabay

El objetivo final de la estimulación ovárica en protocolos de la reproducción asistida es, sin duda, obtener el mayor número de óvulos, siempre con el máximo cuidado para que no tenga consecuencias adversas para las pacientes. Sin embargo, esta estrategia ha sido cuestionada en varias ocasiones. Los argumentos principales de esta discrepancia en la medicina reproductiva incluyen, entre otros, el elevado coste de los medicamentos utilizados en una estimulación más fuerte, la creencia de muchos especialistas de que calidad de los óvulos es inferior en una estimulación intensa y que la capacidad del útero en estos casos puede disminuir para acoger a los embriones.

Los críticos de la estimulación fuerte argumentan también que este tratamiento, además de lo ya citado, expone a la paciente al riesgo de una hiperestimulación ovárica, anomalías cromosómicas de los embriones y varias complicaciones durante el embarazo y el parto. Debido a estos argumentos, la mayoría de ellos no suficientemente respaldados por estudios científicos y muchas veces fundados en simples observaciones de casos individuales, una «estimulación ovárica mínima» ha sido aclamada por la comunidad médica durante muchos años. Sin embargo, un artículo recién publicado en la revista científica Reproductive Biomedicine Online cuestiona esos argumentos y demuestra con datos contrastados que una estimulación fuerte no disminuye la calidad de los óvulos ni de los embriones. Por otro lado, la obtención de más óvulos por un solo intento de estimulación ovárica, siempre que el protocolo y tratamiento esté controlado por un centro especializado, no aumenta los riesgos para la paciente.

El mencionado artículo analiza los resultados publicados en diferentes revistas científicas, incluyendo en su totalidad más de 20.000 embriones obtenidos a partir de más de 4.000 intentos de reproducción asistida. Las conclusiones están claras: una estimulación fuerte no disminuye la calidad de los óvulos ni de los embriones y no aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto.

Los reputados doctores Jan Tesarik y Raquel Mendoza Tesarik, directores de la clínica MARGen (clinicamargen.com) de Granada, respaldan estas conclusiones. Según el doctor Tesarik: «En la reproducción asistida utilizando la técnica de fecundación in vitro (FIV) lo más importante es alcanzar la mejor tasa cumulativa de nacimiento, es decir, el mejor resultado utilizando embriones provenientes de una sola estimulación, incluyendo los frescos y los congelados para una transferencia posterior. Dado que la preparación de la paciente para la transferencia de embriones congelados supone mucho menos malestar físico y emocional, comparado con los intentos con embriones frescos, la obtención de un mayor número de óvulos por un solo intento de la estimulación ovárica reduce el estrés físico y emocional asociado con repetidos intentos de estimulación ovárica y, en asociación con la congelación de embriones, facilita la posibilidad de dar a luz a otro niño u otra niña más tarde».

Por su parte, como embrióloga, la doctora Mendoza Tesarik, responsable del laboratorio biológico de la clínica MARGen, añade: «A diferencia de los primeros años de la FIV, hoy día disponemos de métodos de congelación de los embriones mucho más sofisticados y eficientes,por lo cual,la probabilidad de un embarazo a partir de un embrión congelado es prácticamente igual a la alcanzada con embriones frescos. Esto nos permite transferir menos embriones frescos en los intentos de la estimulación para reducir el riesgo de implantaciones múltiples y, en los casos indicados, congelar todos los embriones disponibles para una transferencia posterior, sobre todo cuando hay un riesgo asociado, por alguna causa (como pueden ser antecedentes previos), a que la paciente sea propensa a sufrir hiperestimulación ovárica».