Alimentación
Un 40% de los españoles no celiacos afirma haber reducido su consumo de gluten
La ciencia ha demostrado que dejar de consumir este ingrediente no proporciona mejor salud ni beneficio adicional alguno a quienes no sufren la enfermedad o trastornos relacionados
Pese a que la evidencia científica es sólida en que no consumir alimentos con gluten no aporta ningún beneficio de salud a las personas que no son celiacas, hasta un 40% de los españoles afirma que ha reducido su consumo, según una encuesta de Appinio a 1.000 personas de una edad media de 42 años.
¿Por qué lo hacen entonces? El estudio afirma que el hecho de que haya aumentado el conocimiento de esta enfermedad ha propiciado que persons que no la tienen hayan cambiado sus hábitos alimenticios con la falsa esperanza de que mejore su salud o de perder peso. Por otro lado, el 75% de los entrevistados confesó que piensa que cada día hay más personas dejando el gluten de manera innecesaria.
Sin embargo, esta tendencia o moda no está exenta de riesgos. Los especialistas en endocrinología y nutrición advierten que, con frecuencia, los productos procesados sin gluten que se venden en los supermercados son de una calidad nutricional pobre. Entre su lista de ingredientes incluyen grasas saturadas, sal e importantes cantidades de azúcar, para conseguir que el alimento en cuestión resulte más sabroso y tenga la textura deseada. En general, eliminar el gluten de la dieta por gusto o por la falsa creencia de que hacerlo va a ayudarmos a bajar de peso conlleva dejar de consumir productos básicos como el pan, la harina y la pasta, que son fuentes importantes de energía, proteína, carbohidratos y algunas vitaminas y minerales. Además, nos crea un deficit en fibra, vitamina D, calcio y magnesio y genera desordenes alimenticios. El trigo integral es una fuente fundamental de fibra dietética, esencial para que los intestinos funcionen correctamente. Por lo tanto, la única manera de suplir esta falta de fibra es ingerir arroz integral, quinoa, muchas frutas y verduras.
Dieta sana, pero sin arruinarse
En concreto, el estudio buscaba analizar la frecuencia y el grado de satisfacción de los productos considerados funcionales (los que, además de alimentar, ofrecen beneficios específicos para la salud o el bienestar). Estos pueden estar enriquecidos (leche con omega 3), reducidos (bajo en sal, bajo en grasas) o eliminan algún componente (sin gluten, sin lactosa). Para el 51% de los españoles, la salud es un factor muy importante a la hora de comprar alimentos y bebidas, así que no es de extrañar que el 42% observe con bastante frecuencia los valores nutricionales de un determinado producto, frente al 31% que siempre se fija. De hecho, para el 79% de los encuestados, la información de un producto resulta importante. Los expertos y los nutricionistas son la principal fuente de información a la hora de decantarse por un producto (40%), seguido de las opiniones de familiares y amigos (21%) y los medios de comunicación (14%).
Durante los últimos seis meses, el 77% de los españoles ha intentado cambiar su alimentación para tener una dieta más sana y equilibrada, sobre todo reduciendo el consumo de azúcar (63%), aumentando el consumo de frutas y verduras frescas (60%) y reduciendo el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados (56%).
Aunque el 69% de los encuestados estaría dispuesto a pagar más dinero por productos que ofrezcan beneficios para la salud, sin duda, el principal obstáculo para mantener una dieta saludable es el coste elevado que tienen este tipo de productos (49%). Otros inconvenientes son la dificultad para resistir la tentación de alimentos poco saludables (38%), el estrés y un hábito de vida ocupado (34%) y la falta de tiempo para preparar comidas saludables (32%).
Leche sin lactosa y prebióticos, los más consumidos
De todos los productos considerados funcionales que ofrece el mercado, casi la mitad de la población ha probado la leche sin lactosa, el 37% yogures probióticos y el 35% bebida vegetal sin azúcar. Las razones por las que los consumidores compran alimentos y bebidas funcionales son porque mejoran la salud y el bienestar general (48%), mejoran la salud digestiva (47%) y porque son alimentos más sanos que los normales (37%). Por otro lado, los factores más satisfactorios que consideran los usuarios al consumir estos alimentos son la calidad de los ingredientes y la calidad en general (93%), seguido de la la información nutricional y de salud en el etiquetado (92%). Sin embargo, la parte negativa y el factor menos satisfactorio es el precio, ya que el 83% considera que son más caros.
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