
Informe
Así es el invisible coste del dolor crónico para el bienestar social
Un pionero estudio estima a cuánto dinero equivale la pérdida media de bienestar de una persona por esta causa

Puede parecer invisible a ojos de los demás, pero el dolor crónico se convierte en una losa muy pesada con la que carga casi el 26% de la población española; una losa convertida en uno de los principales problemas de salud pública, ya que impacta en la salud física y mental de quien lo padece, pero también deja huella a nivel económico y social. Y esa carga no resulta baladí, pues la pérdida de bienestar de una persona por dolor crónico intenso se estima en 47.900 euros al año, tal y como se desprende del informe titulado «El impacto del dolor crónico en el bienestar social», promovido por la Fundación Grünenthal y elaborado por la consultora de comunicación Kreab y presentado el pasado jueves en Madrid.
Tal y como confirman las conclusiones de este estudio, una persona con dolor crónico intenso estaría experimentando una pérdida de bienestar equivalente a un valor anual medio per cápita de 47.900 euros al año. La cifra es tan abultada que, si se analiza en términos agregados, es decir, teniendo en cuenta toda la población española que estaría experimentando dolor crónico, resulta abrumadora, pues se estima que el valor promedio podría ascender a 479.165 millones al año, lo que representa el 32,8% del PIB de España de 2023. De hecho, si además se tiene en cuenta la duración de las distintas causas que provocan el dolor, el valor acumulado ascendería a 10,72 billones de euros o, lo que es lo mismo, 7,3 veces el PIB español en 2023.
Medir lo intangible
En concreto, esta investigación se ha basado en la metodología de Daniel Fujiwara «The Social Impact of Housing Providers», utilizada en otros estudios internacionales para la monetización de los efectos sobre el bienestar, y que define la cuantía económica que los individuos necesitarían para compensar la reducción del bienestar, causada por el dolor crónico. «Nuestro principal objetivo es concienciar a la sociedad. En este informe no se analiza el impacto en la economía, algo ampliamente estudiado, sino que hemos abordado el coste humano y personal del dolor crónico, algo intangible, pero muy revelador. Resulta muy difícil de cuantificar, pero hacer el ejercicio académico de tangibilizarlo, puede ayudar a generar mayor conciencia, aunque en ningún caso se ha pretendido proponer una remuneración equivalente al valor estimado del dolor, que resulta incalculable, sino ilustrar la relevancia y el impacto de esta enfermedad para los pacientes, su entorno y la sociedad», aseguró Ana Martins, presidenta de la Fundación Grünenthal, durante la presentación del informe.

Concienciar sobre lo invisible
Tal y como insistió Martins, «la principal intención de la Fundación Grünenthal es la de contribuir a mejorar la vida de los pacientes que sufren dolor crónico y para alcanzar ese objetivo hace falta visibilizar este problema, que no es un síntoma, sino una enfermedad en sí misma, provocando sufrimiento físico, pero también mermando la salud mental y la vida social y laboral de quien lo sufre».
De ello bien sabe Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), quien hizo hincapié en que «el dolor crónico no solo afecta a la salud, sino que limita la vida personal, social y laboral de quienes lo padecen. Resulta urgente priorizar su abordaje con un enfoque integral que garantice acceso a tratamientos, apoyo psicológico y medidas de protección social. Es el momento de invertir en el abordaje de la salud de una forma holística e integral, pues solo así podremos reducir su impacto y mejorar la calidad de vida de millones de personas».
Según apuntó Escobar, «no hay que olvidar que el dolor crónico viene para quedarse y cada vez está apareciendo en personas más jóvenes, ya que el 19% de la población infantojuvenil tiene alguna enfermedad crónica. Hay que gestionar muy bien los recursos y mejorar la educación sanitaria para atajar este escenario». Por ello, poner datos negro sobre blanco ayuda a entender la dimensión del dolor crónico, un problema de grandes dimensiones que, a tenor de las cifras arrojadas por este informe, también tiene un coste descomunal.
Los datos empleados para el análisis económico proceden del «Barómetro del Dolor Crónico en España 2022», elaborado por el Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz y la Fundación Grünenthal, del que se desprende que casi el 26% de la población española sufre dolor crónico. «Esta nueva investigación pone de manifiesto la necesidad de desarrollar nuevos indicadores que midan de forma más efectiva el nivel de desarrollo social de un país, en complemento de otros indicadores económicos como el PIB. Los resultados demuestran que las pérdidas en términos de bienestar producidas por el dolor superan a las económicas», aseguró Alberto Muelas, socio de Negocio Sostenible de Kreab España y coordinador del estudio.
En el estudio titulado «El Barómetro del dolor crónico en España», realizado en el año 2022, confirma que la edad promedio de las personas con dolor crónico en nuestro país es de 51,5 años, siendo las mujeres quienes presentan mayor prevalencia. Estas personas experimentan la dolencia durante un periodo medio de 6,8 años. A pesar de ello, aproximadamente el 27,1% de las personas con dolor crónico no tienen información acerca de la causa subyacente, lo que refleja los obstáculos presentes en la implementación del tratamiento adecuado.
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