Opinión
Ayuso mejora la promesa estrella de Sánchez y Díaz
De dónde saldrá el dinero para topar las listas de espera y pagar las nuevas prestaciones, el acuerdo no dice nada
El pacto de Gobierno suscrito entre PSOE y Sumar para propiciar la investidura de Pedro Sánchez encierra luces y sombras en Sanidad. Las luces vienen más por lo que no dice el acuerdo que por lo que contiene. En contra de lo que habría cabido esperar, vistos los precedentes, el documento programático no incluye propósito alguno de cercenar aún más la presencia de la Sanidad privada en el Sistema Nacional de Salud, ni de cortocircuitar definitivamente la colaboración público-privada, lo que puede entenderse más como una demostración de sensatez impuesta por los socialistas que como un olvido de los de Yolanda Díaz. Tampoco sataniza a los laboratorios, los "salvadores" del Gobierno durante la pandemia, junto con los sanitarios, desoyendo así la opinión de algunas corrientes ultraizquierdistas que propugnan mano dura con los nuevos medicamentos por ser demasiado caros.
Las sombras llegan en cambio por lo que aparece expuesto, particularmente en lo que se refiere a las listas de espera y a la inclusión de nuevas prestaciones. Resulta que PSOE y Sumar quieren fijar por ley un tope máximo de 120 días para una operación, marca que ya se ha alcanzado en España. Para los críticos con Ayuso, recordar simplemente que en Madrid dicha demora media es de 63 días, por lo que la gran meta prometida por la izquierda es el doble peor que la alcanzada con sus políticas por la presidenta popular. De dónde saldrá el dinero para topar esos 120 días en todo el país y pagar las nuevas prestaciones pactadas por Sánchez y Díaz, el acuerdo no dice nada, lo que deja en el aire su logro. Máxime, si se tiene en cuenta que el propio Gobierno no contempla aumentar el presupuesto: será un 6,7% del PIB en 2024, como este año, según dijo a la UE.
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