Salud
El beneficio desconocido de la siesta
Las personas que duermen peor tienen más dolor
Dormir bien sirve para que el cuerpo y el cerebro recuperen la energía gastada durante el día. Numerosos estudios han demostrado que la mayoría de los adultos necesita dormir entre 7 y 9 horas para que todas las funciones de nuestro organismo rindan al máximo.
No disfrutar de un sueño de calidad provoca numerosas alteraciones en el organismo, que van desde la fatiga, problemas de concentración, ansiedad depresión e, incluso diabetes, enfermedades del corazón, obesidad o infecciones. La falta de sueño también está asociada con las muertes violentas, tanto por suicidio como por homicidios. Según informa la Sociedad Española del Sueño (SES) un análisis de 15 años realizado en EE UU muestra que la vigilia nocturna está asociada con estos tipos de sucesos, posiblemente impulsada por déficits en la regulación conductual y emocional.
"La interrupción del sueño puede afectar gravemente el pensamiento racional, lo que puede impulsar conductas impulsivas en individuos vulnerables", ha explicado el autor del estudio Andrew Tubbs, MD, Ph.D., investigador del Programa de Investigación sobre el Sueño y la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona.
Además de un correcto sueño nocturno, los expertos han demostrado que la siesta aporta numerosos beneficios para nuestro organismo, aunque la mayoría recomienda que debe durar alrededor de 30 minutos para que no afecte negativamente en la capacidad de dormir durante la noche. Estos minutos de sueño durante el día mejoran las habilidades cognitivas y el estado de alerta.
Siesta reparadora
Asimismo, puede ayudar a sentirse más relajado y renovado, reduce la fatiga y aumenta el estado de ánimo, el tiempo de reacción, la memoria y el humor. Además, puede estimular el sistema inmunológico y reducir el estrés.
Ahora, varios estudios presentados en el XX Congreso de la Sociedad Española del Dolor aseguran que la tradicional siesta española mejora la tolerancia al dolor.
“Una siesta de 20 minutos ha demostrado que puede revertir los cambios en la percepción del dolor inducidos por la falta de sueño, lo cual es significativo para comprender cómo el descanso corto puede influir positivamente en la regulación del dolor”, ha explica la doctora Hélène Bastuji, investigadora del Centro de Investigación de Neurociencia de Lyon (Francia).
En cambio, la falta de sueño produce el efecto contrario, reduce la tolerancia. "Los cambios en la cantidad y calidad del sueño durante la noche en un individuo influyen en el dolor experimentado al día siguiente”, asegura la doctora Bastuji. Por ese motivo, los expertos consideran que mejorar la calidad del sueño podría ser una estrategia efectiva en el tratamiento del dolor crónico.
Un reciente estudio publicado en Journal of Neuroscience exploró cómo la pérdida de sueño afecta la percepción del dolor a nivel cerebral. En la fase de seguimiento, los hallazgos revelaron que incluso variaciones menores en la calidad y duración del sueño de una noche a otra pueden influir en la sensibilidad al dolor al día siguiente.
Estos hallazgos indican que mejorar la calidad del sueño puede reducir la percepción del dolor, sino que también optimiza la capacidad del cuerpo para modularlo de manera efectiva, según ha apuntado el doctor Luis García-Larrea, presidente de la Federación Europea del Dolor (EFIC). “Es importante un buen descanso nocturno para la gestión del malestar. Las personas que duermen peor tienen más dolor".
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