Bienestar
La cáscara de esta fruta regula la tensión arterial
Esta infusión fácil de preparar y barata mejora la circulación porque es rica en potasio y baja en sodio
Una alimentación saludable debe incluir una porción de verdura en cada una de las comidas y al menos 5 o 6 piezas de fruta al día. Como complemento a esta dieta, es recomendable la realización de actividad deportiva, unos 150 minutos semanales. da igual que sea caminando o en deportes de mayor intensidad. Lo fundamental es moverse para mantenerse ágil, favorecer la circulación y quemar calorías.
La fruta es uno de los alimentos con más propiedades para el organismo. Son una excelente fuente de vitaminas y minerales esenciales para el funcionamiento óptimo del cuerpo. Estos nutrientes incluyen vitamina C, vitamina A, potasio, folato y muchos otros que son esenciales para mantener una buena salud en general.
Además, la mayoría son ricas en fibra, lo que ayuda a mantener un sistema digestivo saludable. La fibra promueve la regularidad intestinal, previene el estreñimiento y puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón y ciertos tipos de cáncer. También son importantes para la hidratación, sobre todo en los periodos de más calor o cuando se realiza algún tipo de actividad deportiva.
Gracias a su escaso aporte de calorías, las convierte en un excelente componente de una dieta equilibrada para el control del peso. La fibra y el agua en las frutas también ayudan a proporcionar una sensación de saciedad, lo que puede ayudar a controlar el apetito y prevenir el exceso de ingesta de alimentos.
Asimismo, nuestro corazón nos lo agradecerá si consumimos fruta de manera habitual porque pueden ayudar a reducir el colesterol colesterol malo, disminuir la presión arterial y mejorar la salud de los vasos sanguíneos. Es el caso de plátanos, kiwis, naranjas, sandías o manzanas. En general, todos los alimentos que contengan vitamina C favorecen la presión arterial. En el caso de mas naranjas, también contienen hesperidina, un flavonoide que se ha relacionado con la reducción de la hipertensión.
Pero muchas veces, al consumir la fruta desechamos la cáscara, lo que puede ser un error porque aporta propiedades y nutrientes que pueden ser muy saludables. La única precaución que hay que tomar es lavar bien las piezas de fruta antes de comerla porque según advirtió la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es fundamental lavar la fruta muy bien porque puede llevar restos de pesticidas o patógenos.
Una de las frutas cáscara que tiene múltiples propiedades y que nunca se nos pasaría por la cabeza comerla es la mandarina. rica en potasio y baja en sodio, también tiene antioxidantes y enzimas digestivas que protegen contra los radicales libres y reducen el riesgo de sufrir enfermedades crónicas. También es un conveniente para las personas con enfermedades inflamatorias crónicas, por sus propiedades antiinflamatorias.
Cómo preparar la infusión de cáscara o té de mandarinas
Para ello, se necesitan dos mandarinas y un litro de agua. También se puede utilizar algún endulzante, pero si es una persona con problemas de hipertensión es mejor que evite el uso de la sacarina porque presenta un altísimo porcentaje de sal en su composición.
En primer lugar, es fundamental un buen lavado de la cáscara y tratar de eliminar la parte blanca, porque aporta el sabor amargo. Colocar el agua en una olla pequeña y ponerlo a fuego alto hasta que entre en ebullición. en ese momento, añadir las cáscaras, bajar un poco el fuego y cocer durante 10 minutos. A continuación, apagar el fuego y dejar reposar el té durante otros 5 minutos. Después solo queda colarlo, servirlo y el que lo prefiera, endulzarlo. Esta bebida se puede tomar caliente o fría, a gusto del consumidor. En caliente potenciará más el sabor y frío quedará un poco más diluido.
La hipertensión arterial afecta a más del 30% de la población adulta mundial. Consiste en una presión arterial alta. Si no se trata puede derivar en muchas afecciones médicas como enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, problemas oculares y otros problemas de salud.
“La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre al cuerpo. Hablamos de hipertensión cuando la tensión arterial sistólica es mayor o igual a 140 mmHg y/o la tensión arterial diastólica mayor o igual a 90 mmHg. Estas cifras se basan en la evidencia de que el tratamiento para bajar la tensión por debajo de estos niveles es beneficioso. Esta definición es válida para todos los períodos de edad, excepto niños”, explica el doctor Rafael Florenciano, jefe del servicio de Cardiología de Quirónsalud Torrevieja.
“La hipertensión no tratada puede dañar a varios órganos y sistemas del organismo. Entre los principales órganos que puede dañas son: el corazón, ojos y riñones. En cuanto a los sistemas, el más afectado es el sistema arterial; el cual, indirectamente, provoca patologías en otros órganos: infarto de miocardio, ictus o claudicación intermitente en las piernas”, agrega Florenciano.
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