Bienestar
Del ejercicio a la meditación: los consejos más populares para ser feliz no tienen base científica
Una revisión publicada en la revista 'Nature' revela que las investigaciones que avalan las técnicas más populares para alcanzar la felicidad tienen carencias metodológicas importantes
Salga a correr, camine por la naturaleza, medite, y tendrá garantizada una vida más feliz. O, al menos, eso es lo que dicen decenas de artículos en revistas de bienestar, así como estudios de los cualse se han hecho eco los periódicos, la radio y la televisión. Sin embargo, una nueva revisión de cientos de estudios sobre la felicidad pone en duda la solidez de algunas de estas estrategias.
Los cinco métodos más citados en los medios de comunicación como formas de aumentar la felicidad son la expresión de la gratitud, la mejora de la sociabilidad, la práctica de ejercicio, la meditación o mindfulness y el aumento de la exposición a la naturaleza. No obstante, la revisión sistemática publicada esta semana en la prestigiosa revista Nature Human Behaviour, afirma que aún son necesarias investigaciones sólidas antes de afirmar su eficacia con seguridad, ya que la mayoría de las investigaciones analizadas al respecto carecen de una evidencia científica sólida según los criterios actuales.
La afirmación, no exenta de polémica, se produce a raíz de la "crisis de la replicación" en psicología. Esta situación comenzó hace algo más de 10 años, cuando un gran proyecto científico puso de manifiesto que al repetir varios de los estudios psicológicos más relevantes de los últimos tiempos, los resultados no se repetían. El problema, se determinó, era la flexibilidad metodológica. Por eso, se los científicos decidieron reevaluar montones de estudios antiguos. Además, se han mejorado las prácticas para garantizar que los nuevos estudios se mantengan bajo un mayor escrutinio.
De ahí este nuevo estudio, llevado a cabo por Dunigan Folk y Elizabeth Dunn, del departamento de Psicología de la Universidad de la Columbia Británica, en Vancouver (Canadá). Según su investigación, que analizó la literatura científica publicada sobre estas prácticas, su eficacia para aumentar la felicidad es incierta.
Esto se debe, según los autores, a que la mayoría de las investigaciones carecían de potencia estadística suficiente para detectar beneficios notables o no se habían registrado previamente. Es decir, no se habían puesto en conocimiento de la comunidad científica las características del trabajo (hipótesis, metodología, tamaño y características de la muestra, etcétera) antes de iniciarlo, de forma que no puedan modificarlo a mitad de camino.
De una criba inicial de 1.035 estudios relevantes, solo hallaron 57 que cumplían los criterios actuales de rigor. El 95% de los trabajos no incluía a suficientes personas como para confiar en ellos según los estándares de hoy. De hecho, solo hallaron dos estudios sobre gratitud que cumplieran los requisitos, otros dos que evaluaban las interacciones sociales pero ninguno en el caso de la meditación, la actividad física y la exposición a la naturaleza.
Efectos inmediatos sobre la felicidad, pero no a largo plazo
Todo comenzó, explica Dunn, con la pregunta de un periodista: "Estas cosas que oímos en los medios de comunicación como realmente importantes para la felicidad, como la meditación y la naturaleza, ¿hasta qué punto es rigurosa la investigación que respalda ese tipo de afirmaciones?". Entonces, la psicóloga se dio cuenta de que no lo sabía. ¿Qué descubrieron, tras su estudio? "Que algunas de las estrategias que se han recomendado ampliamente al público como formas de mejorar la felicidad no están respaldadas por pruebas muy rigurosas".
Por ejemplo, en el caso del ejercicio, Dunn y Folk analizaron cinco estudios que "encontraron pruebas de que la gente se siente más feliz después de una sola sesión de ejercicio... pero sólo en comparación con actividades más bien aburridas, como sentarse en silencio o ver un documental sobre encuadernación", escriben los investigadores en el artículo. En total, 12 investigaciones "sugieren que una sola sesión de ejercicio puede mejorar el estado de ánimo. Sin embargo, casi todos los programas de ejercicio a largo plazo no produjeron ningún beneficio en la felicidad".
"Es importante señalar que no estamos diciendo que todo esto sea una farsa. Hay buenas razones para que estas estrategias funcionen. Lo que ocurre es que no hay muchas pruebas rigurosas que demuestren que realmente funcionan", declara Dunn para ScienceNews. "Si algo te funciona, estupendo. No digo que debas dejarlo. Es importante recalcar que si, por ejemplo, padeces un trastorno de ansiedad y tu terapeuta te recomienda meditar, no estamos diciendo que ignores este consejo".
Lo que dice, expresa, es que "para la persona media que intenta ser un poco más feliz, las pruebas quizá no estén todavía ahí". Además es un mensaje para los investigadores y para la sociedad: "Necesitamos entender mejor estos temas que han ampliamente adoptados por el público y ampliamente difundidos por los medios de comunicación. No podemos construimos nuestros castillos en el cielo; hay que ponerles cimientos".
Uno de los peligros que de estos resultados, según Dunn, tiene que ver con cuando la gente siente que ha fracasado. "Pueden creer: 'bueno, la naturaleza y la meditación hacen más feliz a todo el mundo, pero a mí no me funcionan. Supongo que no hay nada que me haga más feliz'. Por ello, es importante no exagerar la fuerza de la evidencia".
¿Qué trucos para la felicidad son más válidos?
¿Alguna estrategia parece funcionar para hacer más feliz a la gente? La gratitud, expresan, sale bastante bien parada de la purga, y también charlar con desconocidos y actuar de forma más extrovertida. "Tenemos otro artículo en proceso en el que analizamos los mejores estudios sobre la felicidad, que cumplen el estándar moderno. A partir de ahí, también hay pruebas bastante sólidas de que gastar dinero en los demás fomenta la felicidad".
Autores ajenos al estudio, como Peter Malinowski, Profesor de Psicología de la Salud en la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido), declaran a Science Media Centre que "este artículo no trata tanto de estrategias para la felicidad sino, más bien, de una reflexión sobre cómo han cambiado las prácticas de investigación". Y apunta que "no podemos concluir que todos los demás trabajos publicados antes de que se establecieran estas nuevas normas, sean inútiles. De hecho, para muchas preguntas de investigación existen metaanálisis que sugieren la eficacia de tales enfoques [...]".
Bruce Hood, Profesor de Psicología del Desarrollo en la Sociedad de la Universidad de Bristol (Reino Unido), expresa que "se trata de una revisión muy necesaria" que "utiliza técnicas y criterios estadísticos rigurosos para evaluar los estudios que afirman mostrar beneficios positivos para la felicidad". Lamentablemente, expresa, "casi todos estaban mal realizados", lo cual "no significa que no existan pruebas que respalden estas intervenciones". Por ello, "hasta que no dispongamos de un núcleo sustancial de investigaciones bien diseñadas, debemos tratar estas recomendaciones como tentativas y no como firmemente establecidas".
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