Salud

Ni genética ni estilo de vida: descubren un nuevo factor que aumenta la obesidad en mujeres

No todos los casos de sobrepeso se explican por un solo motivo. Un estudio halla un nuevo elemento relacionado con un gen que controla la sensación de saciedad

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Descubren un factor no genético que nos hace engordar, pero puede tratarse con medicaciónPixabay

¿Qué determina el sobrepeso? Aparte del estilo de vida, vertebrado por la actividad física y la alimentación, la predisposición genética a acumular peso también desempeña un papel importante, pero estos motivos no explican del todo la tendencia heredada a "engordar" más fácilmente. En este sentido, un nuevo estudio de la Universidad de Medicina de Charité, en Berlín (Alemania) ha descubierto que existe "un gen de la saciedad" que no es hereditario, sino que surge tras una especie de formateo del código del ADN que sucede durante la etapa embrionaria.

La parte positiva es que la investigación resalta que quizá sea posible "revertirlo" y, por otro lado, que los medicamentos que inhiben el apetito funcionarían en estos casos, según demostraron los científicos a través de un ensayo realizado en cinco personas (cuatro mujeres y un hombre) gravemente obesos con este tipo exacto de "formateo" del gen de la saciedad (POMC). Los sujetos recibieron un fármaco específico que frena la sensación de hambre y que ya ha sido aprobado para tratar a pacientes obesos con una mutación del gen POMC.

Las personas con sobrepeso, especialmente las que padecen un sobrepeso severo, corren un mayor riesgo de sufrir una serie de enfermedades graves, como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer. Se trata de un problema sanitario cada vez más grave. En todo el mundo, incluida España, está aumentando el número de personas con sobrepeso. En la Región Europea, dos de cada tres adultos (59%) tienen sobrepeso o son obesos, según la Organización Mundial de la Salud.

Pero, ¿qué determina que las personas lleguen a tener sobrepeso? La predisposición genética desempeña un papel importante, junto con el estilo de vida. No obstante, se ha comprobado que la similitud del índice de masa corporal (IMC) en gemelos idénticos oscila entre el 40% y el 70%.

Los científicos han identificado algunas variantes genéticas que influyen en el peso corporal de una persona y en el riesgo de desarrollar obesidad, pero incluso consideradas en conjunto no pueden explicar la heredabilidad observada. Por ello, los investigadores de este estudio empezaron a sospechar que debía haber factores no genéticos adicionales que influyeran en la propensión de una persona a engordar en exceso.

Los investigadores dirigidos por el Prof. Peter Kühnen, Director del Departamento de Endocrinología Pediátrica de la Charité, han identificado ahora uno de esos factores en su reciente estudio. Según sus conclusiones, el riesgo de sobrepeso en las mujeres aumenta en torno a un 44% si hay un número especialmente elevado de grupos metilo adheridos al gen POMC (pro-opiomelanocortina), responsable de la sensación de saciedad.

Los científicos explican que "los grupos metilo son diminutas unidades químicas que el organismo utiliza para marcar las letras del código del ADN, con el fin de activar o desactivar genes sin modificar la secuencia de letras del ADN". En otras palabras, el efecto es muy parecido al de resaltar una sección de un texto sin reescribir el texto en sí. Este tipo de "formateo del ADN" se conoce como marcado epigenético.

El gen de la saciedad aumenta un 44% el riesgo de obesidad

Para su estudio, el equipo de investigadores analizó el "formateo" del gen POMC en más de 1.100 personas. Encontraron más grupos metilo unidos al gen de la saciedad en mujeres obesas con un IMC superior a 35 que en mujeres con un peso corporal normal.

"Un aumento del 44% en el riesgo de obesidad es más o menos el mismo efecto que se ha observado también en las variantes genéticas individuales", afirma Kühnen. "En comparación, los factores socioeconómicos tienen un efecto mucho mayor. Pueden aumentar el riesgo entre dos y tres veces", compara Kühnen. "En cuanto a por qué el efecto de metilación sólo aparece en las mujeres, aún no lo sabemos", detalla.

El gen POMC se "formatea" muy pronto durante el desarrollo embrionario, como demostraron los investigadores comparando los patrones de metilación en más de 15 conjuntos de gemelos idénticos y fraternos. Mientras que el "formato" del gen de la saciedad era el mismo en la mayoría de los gemelos idénticos, apenas había correlación en los gemelos fraternos.

"Esto indica que el marcaje epigenético del gen POMC se establece poco después de que el óvulo y el espermatozoide se fusionen, antes de que el óvulo fecundado se divida en dos embriones gemelos", explica Lara Lechner, primera autora del estudio, que trabaja en el Departamento de Endocrinología Pediátrica. "Esto significa que la fase más temprana del embarazo es crucial".

Pero, ¿qué influye en la metilación del gen de la saciedad y, por tanto, en el riesgo de sobrepeso? Estudios anteriores indicaron que la presencia o ausencia de ciertos nutrientes que aportan grupos metilo podría tener un efecto sobre los procesos epigenéticos. Entre estos nutrientes se encuentran la betaína, la metionina y el ácido fólico, que suelen absorberse a través de la dieta.

Un método recién desarrollado con células madre humanas individuales permitió a los investigadores de la Charité simular en el laboratorio cómo se determina el patrón de metilación durante el desarrollo embrionario y cómo le afectan los nutrientes.

"Por un lado, nuestros estudios y otros también muestran que el ácido fólico, la betaína y otros nutrientes tienen un efecto limitado sobre el grado de metilación", señala Kühnen. "Hemos observado que el 'sistema de formateo del ADN' es muy estable en su conjunto, y que las células compensan pequeñas fluctuaciones en el suministro de nutrientes. Por otro lado, hay indicios de que la variabilidad de este 'formateo' se desarrolla al azar. Eso significa que no es posible -todavía no, en cualquier caso- influir externamente en que una persona tenga más o menos metilación en la región POMC", resalta.

Los medicamentos pueden ayudar a perder hambre

Al menos en teoría, las mujeres con un riesgo elevado de desarrollar obesidad debido a la metilación del gen POMC podrían recibir medicamentos para ayudarlas a perder peso, según sugieren los estudios iniciales de cuatro mujeres y un hombre gravemente obesos con este tipo exacto de "formateo" del gen de la saciedad. Los sujetos recibieron un fármaco específico que frena la sensación de hambre y que ya ha sido aprobado para tratar a pacientes obesos con una mutación del gen POMC.

A los tres meses de iniciar el tratamiento, los cinco pacientes experimentaron menos hambre. Perdieron una media de siete kilos, o alrededor del cinco por ciento de su peso corporal. Algunos de ellos continuaron el tratamiento y siguieron perdiendo peso.

"Estos resultados demuestran, para empezar, que un gen POMC que ha sufrido cambios epigenéticos puede tratarse con medicación", afirma Kühnen. "Serán necesarios más estudios controlados a gran escala para demostrar si el tratamiento con este fármaco también sería eficaz durante un periodo más largo y, en caso afirmativo, hasta qué punto es eficaz y seguro este tipo de tratamiento. En general, sin embargo, un medicamento como éste tendría que ser sólo una pieza de una estrategia de tratamiento integral."