
Opinión
Cirugía de pene
No se trata únicamente de una cuestión estética

La cirugía reconstructiva de pene ha recorrido un largo camino y hoy representa una alternativa fundamental para muchos hombres que necesitan recuperar funciones básicas y mejorar su calidad de vida. No se trata únicamente de una cuestión estética, sino de devolver la capacidad de orinar correctamente, de mantener una vida sexual plena y de encontrar soluciones en casos de malformaciones congénitas, lesiones traumáticas, cáncer, enfermedad de Peyronie, obesidad severa o incongruencia de género.
Aunque ya en la Antigüedad los médicos griegos trataban problemas como la fimosis, fue a finales del siglo XIX y principios del XX cuando aparecieron los verdaderos pioneros de la reconstrucción moderna, como Gillies, Nesbit o Chang. Ellos sentaron las bases de las técnicas actuales, que no solo buscan perfección quirúrgica, sino también tener en cuenta aspectos psicológicos y éticos. Esto es especialmente importante en cirugías de alargamiento o engrosamiento, donde resulta esencial descartar problemas de percepción corporal para asegurar que el paciente realmente obtenga un beneficio.
Uno de los avances más relevantes ha sido la evolución de los materiales de injerto. Al principio solo se disponía de opciones sintéticas, que con frecuencia producían rechazo, infecciones o cicatrices importantes. Posteriormente se introdujo el uso de tejidos del propio paciente, como mucosa oral o vena safena, y en los últimos años se han desarrollado matrices acelulares y tejidos derivados de animales tratados, que permiten una mejor integración y reducen los riesgos. Gracias a ello, las reconstrucciones actuales son más seguras, naturales y funcionales, marcando una diferencia real en la vida de los pacientes.
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