«Comer bien sale más caro y eso va a resentir la salud de los españoles»

Con motivo del Día Mundial contra la Obesidad, que se celebra hoy 4 de marzo, el doctor Juan PedroFernández Corbelle analiza los desafíos que presenta esta enfermedad.

¿La obesidad es un problema en auge?

Las expectativas no son muy halagüeñas, sobre todo entre los más jóvenes. Aquí ya se come igual de mal que en otros países como Estados Unidos donde la obesidad es una verdadera plaga. Y, al paso que vamos, acabaremos igualándonos a ellos por arriba.

¿La dieta mediterránea ya no nos sirve como escudo protector?

Está perdiendo su efecto precisamente porque copiamos lo peor que hacen otros. Nos salva que comemos más pescado y usamos más aceite de oliva que en Europa o en Estados Unidos, pero la globalización es voraz y a eso se añade el sedentarismo, la comida rápida y más cómoda porque lo hacemos todo con prisas... Y tampoco ayuda que la industria alimentaria no modifica nada. Se dice que quieren prohibir las grasas trans... Ojalá sea así, pero habría que cambiar tantas cosas de lo que comemos que llevarlo a la práctica es casi imposible.

¿Los ultraprocesados y los azúcares son los grandes enemigos de nuestra salud?

Totalmente, porque en ellos hay dos cosas perjudiciales: hay grasas inadecuadas, por lo cual son insanos, pero también incluyen harinas y componentes estabilizantes. Ahí está el riesgo, sobre todo porque la tendencia de la alimentación va hacia eso y no somos capaces de cumplir un menú saludable con productos de temporada.

La inflación juega en contra de ello...

Desde luego. Comer bien y de forma saludable sale más caro y eso va a resentir la salud de los españoles dentro de unos meses, porque la fruta, las verduras o el pescado se están convirtiendo en artículos de lujo.

¿La obesidad se ha convertido en la gran epidemia del siglo XXI?

Sin duda alguna. Y lo peor de todo es que la Covid-19 no ha hecho más que agravarla. La coexistencia en el tiempo de ambas pandemias ha multiplicado el peligro que ya tenía de por sí cada una de ellas.

El futuro de la Sanidad va hacia la personalización y la Medicina de Precisión. ¿Esto también sirve para la obesidad?

Sí. De hecho, ahí está la piedra filosofal del abordaje de la obesidad, ya que estamos hablando de una enfermedad crónica que no se cura, pero que se puede controlar. En este caso es difícil abordarla con generalidades, sino que hay que tratarla de forma individual, teniendo en cuenta todas las características de esa persona, sus patologías asociadas, su entorno... Los nutricionistas pueden ayudarnos en esto, pero la solución va más allá de una dieta o de una cirugía bariátrica, porque eso sería el último escalón. Yo apuesto por educar a los pacientes.

Sin embargo, vemos como algunos fármacos para la diabetes que han demostrado reducir la obesidad se agotan en las farmacias...

A lo que usted alude es una gran herramienta terapéutica que ha demostrado ser muy eficaz, pero creo que se está usando mal. Pincharse un medicamento no es la solución para acabar con la obesidad si se sigue comiendo mal, porque una cosa es quitarse los kilos de más y otra mantener esa pérdida. Cuando existe una obesidad, hay que cuidarse de por vida, pero eso no significa que haya que pasar hambre. Eso es un error.

¿Cómo vislumbra el futuro?

Por desgracia, creo que la obesidad será la gran culpable de la mortalidad de las próximas décadas en todo el mundo. O ponemos remedio o el futuro es negro.

¿Qué solución plantea?

Más educación y mayor divulgación desde la infancia. Con educación hay esperanza.