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Día Mundial de la Fisioterapia: Ventosas y tens, herramientas del fisio no aptas para todos
Es mejor evitar el empleo de ciertas técnicas en pacientes con diabetes o con marcapasos, así como en mayores

En 2020, el número de personas de 60 años o más superó al de niños menores de cinco años. Y en 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más. En ese momento, este grupo de población habrá pasado de 1.000 millones en 2020 a 1.400. Y para 2050, la población mundial de personas de 60 años o más se habrá duplicado (2.100 millones), según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Las personas viven más tiempo que antes. Y España tiene una de las esperanzas de vida más altas de la Unión Europea: 83,1 años (80,3 en hombre y 85,8 en mujeres, según el informe sobre la esperanza de vida en España en 2022, publicado por el Ministerio de Sanidad a finales del año 2024).
Pero no se trata solo de cumplir años, sino de envejecer con salud. Y en este sentido, hoy, 8 de septiembre, se celebra el Día Mundial de la Fisioterapia que este año los fisioterapeutas han querido dedicarlo al «envejecimiento saludable para recordar a la población que está en nuestra mano ganar calidad de vida conforme envejecemos. No solo se trata de vivir más, sino de vivir mejor, y la actividad física tiene un papel protagonista en ese recorrido», afirma Aurora Araújo, decana del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.
En este sentido, los fisioterapeutas pueden recomendar a cada persona cómo adoptar un estilo de vida saludable y ofrecer tratamientos y planes individualizados de ejercicios. Algo más importante de lo que a priori pudiera pensarse.
Así, ir al fisioterapeuta te puede ayudar a saber cuándo necesitas realmente un reposo, porque, según Araújo, «casi nunca está indicado, salvo en caso de infecciones, fracturas y cuatro cosas más». De ahí que en los hospitales y centros médicos los pacientes con EPOC, por ejemplo, tengan que hacer ejercicio.
Mejores niveles de colesterol
Pero es un «ejercicio con cabeza. Al igual que una persona con diabetes ha de tener ciertas precauciones sobre todo con los miembros inferiores, ya que tienen una predisposición mayor a sufrir úlceras. De ahí la importancia de que el fisioterapeuta haga una historia clínica completa del paciente. Si uno tiene diabetes, colesterol alto o es hipertenso hay que decirlo para que te ayude el fisioterapeuta a mejorar estos niveles».
Araújo sabe bien lo que dice. Trabaja en una Unidad de rehabilitación cardíaca y «logramos con ayuda de los endocrinos que los pacientes bajen las dosis de insulina que necesitan casi a la mitad. Para ello, les hacemos realizar ejercicio de alta intensidad. El nivel glucémico mejora mucho con el ejercicio a cierta intensidad, pero esto requiere un control multidisciplinar importante». Y lo mismo sucede con el colesterol malo y con la hipertensión.
Historia clínica
Araújo recomienda «no volver a un fisioterapeuta que no pida la historia clínica al paciente. Es algo que se está perdiendo» y es crucial. Así, a una persona con un marcapasos no se le puede poner un tens y a un paciente con diabetes no se le pueden poner ventosas. Yo no se las pondría. No es mi campo, pero una persona con diabetes tiene más fragilidad capilar, más riesgo de sangrar y es innecesario, ya que le puede generar un hematoma grande. Además, en personas mayores en general nunca le pondría ventosas porque tienen mayor fragilidad de los vasos sanguíneos y es arriesgarse a una lesión vascular.
"Algunas técnicas de manipulación vertebral no se han de hacer en personas con osteoporosis"
Algunas técnicas de manipulación vertebral (movimientos rápidos y controlados a las articulaciones para restaurar su movilidad y aliviar el dolor que hacen ruido) tampoco se deben hacer en personas con osteoporosis porque hay un mayor riesgo de fractura, incide la decana, que recuerda que esto no es por ser mayor, sino que lo importante es ver si es un adulto mayor saludable o frágil.
En este sentido, cuidarse es crucial. Y los fisioterapeutas pueden ofrecer ejercicios a medida para maximizar las funciones físicas, como mejorar el equilibrio y la fuerza muscular, y ayudar a fortalecer los huesos; ayudar a las personas mayores a mantener la capacidad de levantarse del suelo; ayudar a recuperarse después de una operación, lesión o enfermedad; controlar el dolor para optimizar la movilidad; ayudar a recuperarse de un ictus o de un infarto; tratar enfermedades como artritis o párkinson y reducir la disnea.
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