Se extiende la epidemia de obesidad

Curioso que mientras más avanzada parece una sociedad, más porcentaje de obesidad se da entre su población. El caso más llamativo es el de Estados Unidos, aunque situaciones parecidas prevalecen también en otras economías que se miran en el espejo norteamericano.

Tal es el caso de Brasil. Incluso anida la paradoja de que los chinos que viven en Norteamérica, o Europa, tienen bastante más kilos de peso, por lo general, que los que residen en sus ciudades de origen. Lo que nos lleva a la conclusión evidente de que se trata de un problema de cultura alimentaria. Claro que en algo estaremos fallando en el autodenominado mundo libre occidental para que se dé esta circunstancia preocupante.

Pese a los avances en ciencia y medicina, cada vez hay más población con exceso de peso. En los últimos 20 años, el 38% de los seres humanos se ha convertido en obeso, y en 2035, si se proyecta ese mismo ritmo, la mitad de la humanidad padecerá algún tipo de obesidad. Normal si tenemos en cuenta que la adicción a la comida basura, en origen una creación «yanqui», se extiende por todo el planeta como la pólvora. Resulta tan barata como nociva. Pero los gobiernos no toman medidas para frenar su consumo. O para encarecer su producción. Curiosamente, la comida más cara resulta siempre la más saludable. Luego, estamos obligando a buena parte de la población, a la que de menos recursos dispone, a alimentarse mal y a engordar sin remedio.

Algo parecido a lo que ocurría con el tabaco. Era tan barato que casi te incitaban a fumar. Parece que a ningún gobierno se le ocurre abaratar la comida saludable y encarecer la «fake». O en hacer campañas eficientes para informar de qué productos dañan más.