Salud

Un fármaco de uso habitual podría ralentizar el tumor cerebral más agresivo

Según explican los investigadores en Science Advances, para desentrañar cómo actúa este fármaco decidieron desarrollar una variante denominada HYZyne

Un fármaco de uso habitual podría ralentizar el tumor cerebral más agresivo
Un fármaco de uso habitual podría ralentizar el tumor cerebral más agresivoistock

Aunque pueda parecer sorprendente, en medicina es más habitual de lo que pensamos utilizar medicamentos aprobados cuyo funcionamiento exacto aún no se comprende del todo. Ese era el caso de la hidralazina, un fármaco empleado desde hace décadas para tratar la hipertensión y trastornos como la preeclampsia. Un estudio reciente ha logrado aclarar por fin su mecanismo de acción y, además, ha descubierto un posible uso adicional: frenar el avance del glioblastoma, el tumor cerebral agresivo más común.

Según explican los investigadores en Science Advances, para desentrañar cómo actúa este fármaco decidieron desarrollar una variante denominada HYZyne. Esta versión conserva el mismo efecto biológico que la hidralazina, pero incorpora una etiqueta molecular que permite rastrear sus interacciones dentro de las células.

Una pista inesperada hacia el glioblastoma

Mediante este sistema, el equipo observó que HYZyne solo se unía a un número reducido de proteínas y a la enzima 2-aminoetanetiol dioxigenasa (ADO). Esta enzima desempeña una función esencial: actúa como sensor de oxígeno y regula la presión arterial al controlar los niveles de proteínas responsables de relajar los vasos sanguíneos. Cuando su actividad se bloquea, los vasos permanecen en un estado más dilatado y, como consecuencia, la tensión arterial disminuye.

Este detalle llamó la atención de los científicos porque estudios previos ya habían sugerido una relación entre la actividad elevada de ADO y el crecimiento del glioblastoma. Se sabía que este tipo de cáncer cerebral suele necesitar altos niveles de actividad de dicha enzima para proliferar.

Por ello, decidieron tratar cultivos de células de glioblastoma con hidralazina. Los resultados confirmaron las hipótesis: las células cancerosas entraban en senescencia, un estado en el que prácticamente dejan de multiplicarse. Lo más llamativo es que incluso una sola dosis era suficiente para mantener este efecto durante varios días.

Un candidato con ventaja para futuros tratamientos

Aunque el descubrimiento es muy alentador, los autores advierten que aún es pronto para sacar conclusiones clínicas. Será necesario estudiar más a fondo cómo actúa la hidralazina frente al glioblastoma en organismos completos y, eventualmente, en personas.

Aun así, el medicamento cuenta con un punto a su favor: su perfil de seguridad está bien establecido, ya que lleva años utilizándose en pacientes. Esto podría agilizar notablemente la transición hacia ensayos clínicos si se confirma su utilidad contra este tumor.

Además, comprender con precisión el mecanismo de acción de la hidralazina abre la puerta a explorar nuevas estrategias terapéuticas tanto para la hipertensión como para otras afecciones relacionadas con la regulación de la presión arterial, incluida la preeclampsia.