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Curso Universidad Internacional Menéndez Pelayo

Farmaindustria presenta medidas urgentes para la competitividad

La patronal da a conocer su plan para que España no pierda su posición en materia de innovación en salud

Foto de familia de los ponentes del seminario celebrado en la sede UIMP, en Santander FARMAINDUSTRIALA RAZÓN

Representantes de la patronal de la industria farmacéutica española (Farmaindustria), europea (Efpia) y autoridades sanitarias de ambas esferas se dieron cita en la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander con motivo del encuentro que organiza anualmente el sector. En él, Fina Lladós, presidenta de Farmaindustria, declaró que tanto España como Europa enfrentan momentos de incertidumbre ante los inminentes cambios en la normativa europea y española que afectan a esta actividad industrial. El agitado entorno geopolítico de los últimos tiempos es otro reto adicional. La aplicación de aranceles en EE UU, cuya implantación es aún incierta, se encuentra entre los «golpes de mar» más recientes a que enfrenta el sector, señaló.

Lladós se declaró optimista, convencida de que «en el terreno de lo que nosotros sí podemos hacer» se va a fomentar la competitividad, trabajando por la vinculación de la regulación con la aportación de valor por parte de la industria innovadora y el acceso de los pacientes a las mejores terapias. «La incertidumbre puede verse como un inconveniente, pero yo invito a contemplarla como una oportunidad», subrayó. En su opinión, el objetivo compartido por los diferentes participantes del sector del medicamento, que es mejorar la salud de los ciudadanos (además de contribuir a la dinamización y la competitividad en la economía del país) es un elemento clave que facilitará la colaboración entre diferentes instituciones públicas y entidades privadas para acercarse a él.

Los cambios legislativos en Europa no se caracterizan exactamente por ser procesos ágiles, apuntó Juan Yermo, director general de Farmaindustria. Por eso, desde su organización se han planteado y dado a conocer en Santander siete medidas concretas, pensadas para compensar el tiempo que requerirá la actualización de la normativa de la UE dentro de plazos más adecuados a la urgencia de la situación.

Esas medidas incluyen el desarrollo de un marco normativo predecible y que fomente la innovación –en la jerga del ramo, «innovation-friendly»–, nueva legislación medioambiental que se prefiere más equilibrada, revisión de las contribuciones de la industria, mejoras en el plan de incentivos fiscales (conocido como Plan Profarma, que concede exenciones fiscales a compañías «excelentes» por su contribución a la industria y la economía nacional), recuperación del atractivo de las deducciones por I+D, desarrollo de nuevos incentivos para el desarrollo de medicamentos y refuerzo del «ecosistema de innovación». En el ámbito de la gestión medioambiental se menciona de forma específica la Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales, «que necesita cambios para cumplir con los criterios de proporcionalidad y de que quien contamina, paga».

Yermo puso de relieve la importancia de la adopción de medidas concretas. «Lo que nos queda claro es que o bien tomamos medidas ahora o vamos a ir perdiendo relevancia poco a poco, como llevamos viendo en las últimas décadas», decía refiriéndose al traslado de las inversiones y la investigación de terapias innovadoras fuera de Europa, hacia EE UU y Asia.

Otros países con los cuales España tiene que competir para atraer inversiones y proyectos innovadores ya están poniendo en marcha iniciativas orientadas a mejorar su perfil de competitividad en este mercado, y hay una inversión anual de 3.000 millones en riesgo. Es la cantidad que estas compañías invierten en España en cada ejercicio. Por eso habló de inversiones y puestos de trabajo «en riesgo», sin mencionar la enorme importancia de la dimensión sanitaria, al tratarse de una industria que desarrolla medicamentos.

Carlos Gallardo, presidente de Almirall y vicepresidente segundo de la Efpia, se refirió a una «honda preocupación» por la pérdida de posiciones en innovación de Europa respecto a EE UU y China. Es un proceso que pone en riesgo de deterioro la calidad de la atención en Europa por las dificultades en el acceso a terapias estratégicas o innovadoras y la pérdida de actividad investigadora, pero además es un deterioro «que lleva visos de acelerarse», aventuró.

Gallardo repasó las fortalezas de España con la constatación de que se enfrenta, al igual que Europa, a una paradoja: la de la existencia de un gran potencial científico y clínico, pero también la amenaza de unas crecientes barreras al acceso y la sostenibilidad. «Solo con una mayor inversión pública y privada, un marco regulatorio más predecible y un mercado europeo más integrado y atractivo para la innovación podrá Europa –y en ella, España– defender su liderazgo científico y transformarlo en valor económico, sanitario y social», concluyó.

César Pascual, consejero de Sanidad de Cantabria, que también se refirió al factor "incertidumbre" en su intervención en el encuentro, se centró en el impacto presupuestario de los cuidados en salud y los cambios normativos que se esperan en el país y el Viejo Continente, a los que sumaba el aprovechamiento de nuevas herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial (IA), entre otros elementos, lo que a su entender dota de una relevancia aún mayor a este ya tradicional encuentro.