
Movember
Este es el hábito que te protege frente al cáncer de próstata
Disminuye hasta en un 30% el riesgo de padecerlo y reduce la probabilidad de fallecer por esta causa en pacientes que lo sufren
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El ejercicio físico se han convertido en un pilar indispensable en la prevención frente al cáncer y en la mejora de los resultados cuando se padece. Los datos más sólidos hasta la fecha demuestran que su práctica regular puede reducir hasta un 30% el riesgo de cáncer de mama, colon, vejiga, endometrio, esófago y estómago, y casi el 20% la mortalidad específica por estas causas. Este beneficio se extiende a otros tumores cómo los de pulmón y próstata. En concreto, se asocia con una disminución de la mortalidad en hasta 1 de cada 3 pacientes con este último.
Además, según datos de estudios preliminares, practicar 225 minutos de actividad moderada semanal podría reducir el PSA (o antígeno prostático específico, una proteína producida por las células de la próstata cuyo nivel en sangre puede ser un indicador importante en la evaluación de la salud prostática) y la proliferación tumoral en pacientes de cáncer de próstata, sugiriendo efectos beneficiosos en el control de la enfermedad sin efectos secundarios adversos.
Durante el tratamiento oncológico, la actividad física mejora la capacidad cardiorrespiratoria y disminuye efectos secundarios como la astenia, ansiedad y artralgias. El ejercicio es seguro en todas las etapas de la enfermedad, antes, durante y después del tratamiento oncológico. Sin embargo, para garantizar que los beneficios se maximicen y los riesgos se minimicen, se recomienda la supervisión profesional.
Unidades de ejercicio y cáncer
Por ello, desde hace unos años, funcionan en nuestro país las unidades de ejercicio físico y cáncer, instauradas en hospitales de referencia de toda España. El Hospital La Paz, en Madrid, es pionero en la investigación del ejercicio físico para el cáncer infantil a través de la Aceleradora Unoentrecienmil, mientras que el Hospital Severo Ochoa también promueve activamente el ejercicio físico terapéutico en pacientes con cáncer. Otras unidades y programas destacados se encuentran en el Hospital de Dexeus y en colaboraciones como la de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que ha desarrollado sus propias unidades de ejercicio.
Además de estas iniciativas, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) cuenta con un Grupo de Trabajo de Ejercicio y Cáncer con profesionales de hospitales de toda España, como el Hospital Gregorio Marañón (Madrid), Hospital Clínic (Barcelona) o el Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla), que colaboran en la investigación y promoción de estas prácticas.
"Que nada nos pare"
A estas campañas se suma la iniciativa "Que nada nos pare: PROmoviendo la importancia del deporte en el cáncer de próstata", en la que colabora la SEOM, la Asociación de Cáncer de Próstata (ANCAP) y Bayer, con el aval de la Asociación Española de Urología (AEU) y la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y que se ha presentado esta mañana en Madrid.
A lo largo de noviembre (mes de la concienciación sobre la salud masculina), "Que nada nos pare" ha recorrido hospitales de referencia en diferentes ciudades españolas con especialista en ejercicio físico para pacientes oncológicos Mario Redondo documentando el trabajo de las unidades de ejercicio y cáncer presentes en el Hospital Universitario de Getafe, Hospital La Fe de Valencia y el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). Este recorrido ha permitido poner el foco en cómo estas unidades especializadas funcionan bajo la supervisión de profesionales sanitarios cualificados, garantizando que el ejercicio sea prescrito de forma segura y adaptada a cada paciente.
Parte esencial del tratamiento
"El ejercicio no es un complemento ni una recomendación general. Es una parte esencial del tratamiento del cáncer, y el cáncer de próstata no es una excepción. Cada vez contamos con más datos que indican que puede influir en la supervivencia, reduciendo complicaciones y mejorando la salud global. En concreto, en esta población de pacientes, con una base de tratamiento hormonal, evitar la pérdida de densidad mineral ósea y de masa muscular resulta clave", ha señalado Víctor Sacristán, del Grupo de Trabajo SEOM de Ejercicio y Cáncer.
"La enfermedad ya no se afronta desde una actitud pasiva. Hoy, el tratamiento va más allá de la radioterapia, la cirugía o la quimioterapia. En este contexto, el ejercicio físico y el entrenamiento de fuerza se han consolidado como pilares indispensables en el tratamiento de los pacientes oncológicos. Preservar la masa muscular, mantener la fuerza funcional, reducir la fatiga y mejorar la salud ósea son objetivos fundamentales que debemos recomendar a los pacientes con cáncer de próstata. La evidencia científica respalda este enfoque multidisciplinar, demostrando mejoras en la tolerancia a los tratamientos, la reducción de efectos secundarios e incluso en la supervivencia de la enfermedad", ha añadido Miguel Ángel Berenguer, oncólogo radioterápico en el Hospital La Fe de Valencia y Genesis Care Valencia.
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