Ellos también sufren
Los hombres sufren por falta de apoyo durante la paternidad: un estudio revela brechas
Una investigación evidencia que los padres varones se enfrentan a retos que las madres no tienen que sortear, con un impacto perjudicial en su salud mental y bienestar general
Los hombres sufren problemas durante la paternidad que las madres no tienen que sortear. Es la conclusión principal de un nuevo estudio que analiza los problemas de los hombres al convertirse en padres y revela que a menudo tienen dificultades para realizar la transición a la paternidad, debido principalmente a la falta de información y de apoyo emocional dirigido a sus necesidades.
Así, la investigación señala que la práctica clínica, los servicios prenatales y la investigación científica deben prestar más atención a las experiencias únicas que atraviesan los padres varones durante el periodo perinatal, que abarca el embarazo y hasta un año después del nacimiento de su hijo o hija.
El estudio, que realiza una revisión de la evidencia cualitativa disponible, acaba de publicarse en la revista de acceso abierto BMJ Open. Fue liderado por la investigadora Ashleigh Watkins, de la Universidad de Newcastle en Reino Unido.
Los hombres pueden sentir una gran ansiedad al convertirse en padres
El embarazo y el parto pueden ser momentos de gran ansiedad para los padres primerizos. Las investigadoras señalan que «la transición a la paternidad (definida como los cambios físicos, psicológicos y sociales en la vida de los padres desde la concepción hasta después del parto) puede ser una experiencia estresante y aislante, que les exija cambios significativos en su estilo de vida».
Por ello, querían estudiar cómo afrontan esa transición a la paternidad los padres primerizos y los experimentados, y en qué medida se sienten apoyados durante el periodo perinatal, centrándose en las preocupaciones y los retos que pueden afectar a su salud mental y su bienestar.
Para ello, analizaron 37 estudios de un grupo inicial de 2.475. Estos se llevaron a cabo en Reino Unido, España, Francia, Irlanda e Italia, entre otros países. La mayoría incluían entrevistas en profundidad, grupos de discusión y llamadas telefónicas (646 padres) o encuestas en línea (1005 padres). Treinta se centraron en la salud mental y el bienestar de los padres durante la transición a la paternidad.
¿Conclusiones? La síntesis de los resultados mostró que algunos padres tuvieron una experiencia positiva sin repercusiones en su salud mental, pero la mayoría se enfrentó a retos durante el periodo perinatal, que tuvieron un impacto perjudicial en su salud mental y bienestar general.
Los padres dijeron que se sentían al límite de sus fuerzas
De los resultados surgieron cuatro temas principales: el cambio en la relación con su pareja; la confusión sobre su identidad como proveedor o protector y lo que sus suegros y la sociedad esperaban de ellos; sentirse excluidos y no valorados, incluso por el personal sanitario; y las luchas con los ideales masculinos de la paternidad.
Los padres dijeron que «a menudo» se sentían mal preparados para el agotamiento y las nuevas responsabilidades que conllevaba la llegada de un nuevo bebé, lo que les dejaba poco tiempo para la intimidad y el tiempo de calidad con sus parejas, y que esto tensaba la relación. Además, a menudo se sentían excluidos de la relación madre-hijo, una exclusión que comenzó durante el embarazo, cuando se sentían espectadores de las experiencias únicas que estaban viviendo sus parejas.
Por otro lado, no sentían que hubiera suficiente información adaptada o clases prenatales que abordaran sus necesidades durante la transición a la paternidad. Según ellos, no se consideraba importante hacerles partícipes del contenido de la información para padres ni educarles sobre lo que podían esperar durante el periodo prenatal. En casi la mitad de los estudios incluidos, los padres consideraban que necesitaban estar mejor informados sobre la paternidad en general, especialmente sobre cuestiones relacionadas con la lactancia materna y consejos prácticos sobre qué hacer cuando las cosas iban mal, para poder apoyar mejor a sus parejas.
Los padres de 26 de los estudios afirmaron que se encontraban física y emocionalmente al límite de sus fuerzas, experimentando a veces episodios de agotamiento y síntomas de depresión postnatal. Pero se sentían incapaces de pedir ayuda, alegando que se suponía que no eran ellos los que encontraban difícil la nueva paternidad y que deberían haber sido capaces de afrontarla. Aunque reconocían que no necesitaban hacerlo solos, no sentían que hubiera ningún lugar al que pudieran acudir en busca de ayuda.
Finalmente, las investigadoras del estudio indican que «está claro que los padres necesitan el mismo apoyo emocional y práctico que las madres durante este periodo y, por lo tanto, es importante que en el futuro se proporcione un apoyo adaptado y que no se considere a los padres como una "entidad olvidada", [creando así] una transición y una experiencia de crianza más positivas».
La opinión de una experta española
«Este artículo analiza la experiencia de la paternidad desde la perspectiva de los padres, un tema que, según las autoras, ha sido ampliamente desatendido en la investigación», explica María José González, investigadora del departamento de Ciencias Políticas y Sociales y del Centro de Estudios de Género (CdGE) de la Universitat Pompeu Fabra, a Science Media Center España.
«Es importante destacar que el estudio es un metaanálisis basado en los hallazgos de 37 artículos, de los cuales sintetiza las principales conclusiones», continúa González. «Esto implica que el artículo no se fundamenta en una muestra estadística representativa de padres, sino que recoge algunas de las narrativas expresadas por hombres entrevistados, las cuales no son representativas del conjunto de padres de sus respectivos países», destaca.
Las autoras señalan que en los estudios analizados predomina el perfil del varón británico, blanco, de alto nivel educativo y mayor de 25 años. «A mi entender -continúa la investigadora española-, este estudio no permite hacer generalizaciones como que "los hombres suelen tener dificultades en la transición a la paternidad" porque no disponen de una muestra representativa de padres y los padres analizados corresponden a muestras sesgadas».
Sin embargo, a partir de este estudio dice que «emergen narrativas interesantes, como la queja recurrente de los padres acerca de sentirse excluidos de las clases de preparación al parto y del apoyo destinado a las mujeres embarazadas». Y prosigue: «Los resultados de este metaestudio, que evidencian la angustia de los padres durante el primer año y sus dificultades para establecer un vínculo adecuado, deben entenderse en un contexto más amplio, como las significativas diferencias de género en el sistema de licencias parentales».
La experta recuerda que, en el caso del Reino Unido, las madres trabajadoras tienen derecho a 52 semanas de licencia por maternidad, mientras que los padres solo disponen de una o dos semanas de licencia por paternidad. «Por lo tanto, el sistema establece una norma social según la cual la madre se convierte en la principal responsable del cuidado durante la primera infancia».
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