Entrevista

Marc Güell: «El uso del ARN mensajero tiene mucho potencial en inmuno oncología»

Su proyecto permite administrar terapias avanzadas con más seguridad y efectividad

Marc Güell
Marc GüellLA CAIXALA RAZÓN

Las aplicaciones terapéuticas de la ingeniería del genoma humano están aumentando: desde corregir errores en el genoma que causan enfermedades genéticas hasta la administración de tratamientos como las inmunoterapias CAR-T para el cáncer y las afecciones autoinmunes. La revolución es real y uno de los últimos factores en declinar la balanza es el ARN, un mensajero natural en nuestras células que transporta instrucciones para construir y reparar el cuerpo.

Ese es el objetivo que persigue el proyecto «LINE-1», liderado por Marc Güell, director del Laboratorio de Biología Sintética Translacional (Synbio) del Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, que ha sido seleccionado en la convocatoria 2025 del programa CaixaImpulse de la Fundación ”la Caixa”, que impulsa la transferencia de soluciones innovadoras en el ámbito de la biomedicina y la salud, y recibirá una ayuda de 50.000€ para impulsar su desarrollo.

¿Desde cuándo trabajan en este proyecto?

Trabajamos desarrollando esta tecnología desde hace unos pocos años.

Empezamos a escuchar el concepto de ARN en la época de la covid. ¿Qué son las terapias basadas en esta técnica y qué potencial tienen para la salud?

El ARN tiene la gran ventaja de que es una herramienta muy segura, ya que nos permite transmitir un mensaje genético preciso de una duración temporal corta. En este caso se usa el ARN mensajero para «mostrar» de manera segura una parte de un virus a nuestro cuerpo y que así pueda generar inmunidad sin riesgo de infección.

¿Cuál es la principal novedad que aporta su investigación?

Nosotros usamos el ARN para transmitir un mensaje genético estable. Esto lo hacemos explotando una doble funcionalidad: por un lado, funcionalidad de escritura de genes, y por el otro, codificación de de gen terapéutico. A diferencia de las vacunas, aquí perseguimos un efecto de larga duración donde el mensaje escrito en ARN se autoescribe en el genoma y queda así estable.

El objetivo final es tratar enfermedades genéticas. ¿En qué patologías hay más potencial?

Es una tecnología muy versátil que nos puede servir para muchas aplicaciones biotecnológicas y terapéuticas. A nivel terapéutico, se podría aplicar en inmuno oncología o en enfermedades genéticas.

¿Qué ventajas implica?

Añade mucha más seguridad y versatilidad.

¿A qué se debe?

El carácter transitorio del ARN hace mucho más segura la tecnología. Además, el ARN permite una formulación terapéutica con más facilidad de administración que virus o formulaciones basadas en ADN.

¿Podríamos poner algún ejemplo de lo que podría suponer en la práctica clínica?

Ejemplos más canónicos podrían ser programar genéticamente el sistema inmunitario para atacar tumores como se hace en terapias CAR-T o sustituir genes con mutaciones perjudiciales en el caso de enfermedades genéticas.

Este trabajo nos acerca a un futuro en el que los medicamentos genéticos se puedan aplicar con éxito. ¿Qué supone esto?

Esto es una realidad que ya existe y el número de aplicaciones está creciendo. Incluso hace poco se publicó el caso excepcional de una terapia génica diseñada para un bebé en el Chaps de Filadelfia. Es un caso por ahora no generalizable, pero muy ilustrativo de lo transformador que puede ser esta tecnología.

¿En qué punto está la investigación actualmente?

El trabajo está en fase preclínica inicial y todavía necesitamos unos años más de desarrollo dentro del laboratorio.

¿Cómo vislumbra el futuro de la investigación científica?

Creo que va a seguir creciendo. Siempre las nuevas tecnologías se empiezan a aplicar en casos graves, donde el balance beneficio-riesgo es más alto. Por eso, las tecnologías de terapia génica se han empezado a aplicar en oncología (CAR-T) o en enfermedades genéticas graves. Sin embargo, al aumentar la madurez y las prestaciones de estas tecnologías, estoy seguro de que el ámbito de aplicación se verá aumentado. Por ejemplo, a nivel de investigación básica ya hay pruebas de concepto en patologías muy variadas e incluso en pruebas muy preliminares de extensión del «healthspan».