Seguridad alimentaria
El mayor riesgo al consumir frutas y verduras: cómo evitarlo y proteger tu salud
Cada vez se usan más pesticidas. Algunas frutas y verduras, pueden contener, incluso, residuos no autorizados o por encima de los límites permitidos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en 600 millones de personas afectadas cada año por enfermedades transmitidas a través de los alimentos. Tomando en cuenta estas preocupantes cifras, en 2019, el Profesor de Microbiología, Uelinton Pinto, del Centro de Investigación en Alimentos de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, decidió actuar y estudiar cuáles eran -concretamente- los fallos de higiene que podrán estar detrás de estas enfermedades.
La investigación del Doctor Pinto y su equipo concluyó que, de todos los errores, deslices y lapsus de higiene que se cometían en la cocina, los más comunes eran, en primer lugar, lavar el pollo en el fregadero. Este acto aparentemente inocuo puede propagar microorganismos nocivos presentes en el pollo crudo al contacto con superficies de la cocina. Y el segundo error más común fue limpiar incorrectamente las frutas y verduras. Al parecer, este error era más frecuente -incluso- que cocinar con las manos sucias.
Tóxicos en nuestra comida
Olvidarse de lavar las verduras y las frutas o hacerlo de forma incorrecta no es un error menor, sobre todo si nos ocurre con demasiada frecuencia. En los cultivos convencionales es cada vez más común tratar los productos con pesticidas químicos sintéticos con los que combatir plagas y enfermedades. Y estos pesticidas, si no se eliminan correctamente, pueden terminar en nuestro organismo.
De acuerdo con los datos que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria o EFSA recopiló en 2021 tomando muestras en casi 90.000 cultivos de la Unión Europea, hasta un 39,8% de las muestrascontenía residuos en concentraciones considerables y hasta un 2,1% superaba los límites máximos permitidos por el propio organismo.
De acuerdo con los datos de la EFSA, los productos con los niveles más altos de pesticidas fueron los pomelos, los pimientos dulces, los plátanos, los champiñones, las uvas de mesa, las berenjenas, el brócoli, el trigo y los melones. Sin embargo, prácticamente cualquier producto comercializado en las baldas de nuestros supermercados (así como en las verdulerías y fruterías de nuestro barrio) son perfectamente susceptibles de contener pesticidas químicos. Todo esto es motivo suficiente como para que nos tomemos en serio la limpieza de las frutas y de las verduras.
Once pasos para una limpieza perfecta
Tal y como explica la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria o ACSA, la mejor forma de lavar las frutas y verduras incluye los siguientes pasos:
- Lavar todos los productos antes de pelarlos, cortarlos y prepararlos para cocerlos y consumirlos. De esta manera, al usar el cuchillo, las bacterias y la suciedad no contaminarán el alimento por contacto entre la pulpa y la cáscara.
- Utilizar superficies de trabajo y utensilios (cuchillos, cepillos, etc.) limpios, secos y que no hayan estado en contacto con otros alimentos.
- Antes de lavar las verduras, lavarse bien las manos con agua tibia y jabón durante 20 segundos, aclararlas cuidadosamente y secarlas con papel de cocina de un solo uso o con una toalla de materia textil que se lave regularmente a 60 °C.
- Lava las frutas y verduras bajo el chorro del agua, enteras y con piel. Esto previene que al cortarlas, los posibles microorganismos y contaminantes pasen al interior. Luego, frota la superficie de las frutas y verduras bajo el agua corriente del grifo. Para una desinfección más profunda, puedes sumergir los vegetales en una solución de hipoclorito de sodio (lejía apta para uso alimentario), respetando la concentración indicada por el fabricante, durante un máximo de cinco minutos. Una vez que los vegetales estén limpios y desinfectados, debes aclararlos con agua y escurrirlos bien. Recuerda no trocear los vegetales antes de limpiarlos y desinfectarlos.
- Rechazar las hojas exteriores de la lechuga, la escarola, las coles, las endivias, etc. Lavar las lechugas hoja por hoja.
- Utilizar un cepillo para verduras limpio para eliminar la tierra de las setas y para restregar con firmeza los productos con una superficie exterior dura o rugosa como las patatas, los melones y los pepinos.
- Retirar y rechazar las secciones de las frutas y verduras con hongos, heridas, cortes o zonas demasiado maduras y dañadas.
- Lavar las hierbas como el cilantro, el perejil, el apio y la menta en manojos pequeños, dándoles vueltas hasta que todas las ramas queden limpias.
- Volver a lavar los vegetales con agua, una vez pelados y cortados.
- Secar los productos limpios con toallas de papel o con un paño limpio y seco para eliminar cualquier resto de bacterias.
- Mantener las verduras limpias y secas en refrigeración hasta el momento de hacerlas servir o consumirlas.
Para concluir, conviene recordar que si estás buscando una manera segura de consumir alimentos que estén libres de pesticidas químicos artificiales, que podrían ser potencialmente dañinos para la salud, los productos ecológicos son sin duda la mejor opción. Los alimentos ecológicos son aquellos que se cultivan sin el uso de químicos artificiales, siguiendo normativas estrictas para asegurar su calidad. Esto significa que, por ley, estos productos no pueden contener ningún tipo de químico artificial en su cultivo.
Por lo tanto, al elegir productos ecológicos, tienes una mayor probabilidad de evitar la ingestión de pesticidas. Sin embargo, incluso con productos ecológicos, es importante lavarlos cuidadosamente antes de consumirlos. La limpieza meticulosa de los alimentos es un paso crucial para garantizar la seguridad alimentaria y proteger la salud. Así que, independientemente del tipo de producto que elijas, siempre es recomendable limpiar bien cada pieza antes de su consumo.
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