Tratamientos

Qué hacer si le da una parálisis facial: de corticoides a cirugía

Su abordaje debe completarse con un tratamiento rehabilitador, que suele ser largo pero necesario

La causa de este tipo de parálisis facial condiciona su evolución
La causa de este tipo de parálisis facial condiciona su evoluciónDREAMSTIMELA RAZÓN

Imposibilidad para levantar una ceja, cerrar un párpado, esbozar una sonrisa o hablar como hacíamos antes son algunos de los síntomas que denotan que puede estar sufriendo una parálisis facial. Pocas cosas asustan más que esta enfermedad que afecta aproximadamente a entre 20 y 30 de cada 100.000 habitantes en España cada año.

Puede ser temporal o permanente, afectar a la musculatura facial unilateral o bilateralmente, produciendo no sólo una afectación de la funcionalidad, sino una importante deformidad, y que puede ser central, cuando se conserva la movilidad frontal, o periférica, si afecta a la musculatura facial superior e inferior.

Un problema difícil de prevenir que debe ser abordado de forma multidisciplinar. El abordaje puede ser mediante una estrategia farmacológica (corticoides, antivirales o antibióticos) o a nivel quirúrgico, para tratar el nervio facial y el músculo al que afecta la parálisis en cuestión. En ambos casos debe completarse con un tratamiento rehabilitador, largo pero necesario.

Existen múltiples causas que pueden dañar al nervio facial y provocar una parálisis en la cara. Y conocerla es importante para pronosticar la evolución de la enfermedad. La más frecuente es la idiopática, es decir de origen desconocido. Pero esta parálisis facial puede ser secundaria a cuadros neurológicos (ictus, esclerosis múltiple…), otológicos (colesteatoma, entre otros), infecciosos (como herpes zóster, varicela, rubeola, VIH, etcétera), sistémicos (leucemia, enfermedades autoinmunes…), sindrómicos, neoplásicos (diferentes tipos de tumor) o traumatológicos.

En todo caso, la forma más frecuente es la de causa desconocida, pero la viral (virus herpes simple tipo 1) es la más vinculada, y, además, la de mejor pronóstico.

En este último caso, el abordaje suele ser con corticoides, antivirales o antibióticos y, «si su administración se inicia de forma precoz y adecuada, este tipo de parálisis facial se resuelve muy bien, detectándose mejoría a las tres semanas de tratamiento en un 90% de los casos», precisa la doctora Lorena Pingarrón, especialista del citado hospital.

La otra opción, cuando no hay mejoría en ese plazo de tiempo, es el abordaje quirúrgico mediante diferentes técnicas de reinervación para tratar en primera instancia el nervio facial y, si no hay evolución positiva, el músculo al que afecta la parálisis.

«Para plantearnos las diversas alternativas quirúrgicas según el tiempo de evolución precisamos técnicas de electromiografía que nos ayudan a predecir la capacidad de reinervación que va a tener el nervio facial afecto. Y con ello plantear si directamente necesitamos aportar nuevo músculo a la cara o poder reinervar el nervio facial paralizado», explica la doctora Pingarrón.

Recuperación

Tras una cirugía de reinervación se deja un tiempo de recuperación del paciente «de unos dos o tres meses y se deriva al rehabilitador de la unidad, para indicar los ejercicios de mímica facial controlados, frente al espejo, y evitar movimientos bruscos aleatorios que puede ser causa de sincinesias o espasmos musculares por reinervación aberrante», añade la doctora Pingarrón.

«La causa principal de parálisis facial, la de Bell por herpes simple –prosigue–, suele ser de recuperación completa, pero el pronóstico de las parálisis por causa tumoral es peor y más en pacientes que necesitan añadir radioterapia cráneo-facial».

La edad también es un factor pronóstico. Así, «a partir de los 50 años la capacidad de reinervación o recuperación espontánea del nervio desciende», detalla esta especialista.

La recuperación tras la cirugía puede pasar de un grado máximo de parálisis (grado VI) a un grado II-III y su resultado no es inmediato, ya que «los nervios tardan mucho en regenerarse, pero los pacientes están muy satisfechos», asevera la doctora Pingarrón, que recuerda que tanto la estrategia farmacológica como la quirúrgica deben completarse con un tratamiento rehabilitador que, pese a ser largo, resulta fundamental y necesario.

¿Cómo se diagnostica?

►En caso de sufrir parálisis facial resulta fundamental ponerse en manos de un especialista. En algunas ocasiones, el médico considerará necesario realizar una serie de pruebas diagnósticas que permiten saber el grado de afectación.

Así, existen diferentes tipos de pruebas que van desde el test de Schirmer, para medir y comparar la cantidad de lágrimas que producen ambos ojos; pruebas para evaluar cómo de afectado está el nervio facial, pruebas de salivación o auditivas.

Además, en ocasiones, es necesario hacer una resonancia magnética o una tomografía computarizada para descartar otras posibles causas que estén afectando a los nervios faciales, como son los tumores o las fracturas de cráneo.