
Opinión
Piensa en salud, piensa en la profesión farmacéutica
Paul Sinclair y Jesús Aguilar son presidentes de la Federación Internacional Farmacéutica y el Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España, respectivamente

Cada 25 de septiembre los farmacéuticos celebramos nuestro día mundial, coincidiendo con la fecha en que se fundó la Federación Internacional Farmacéutica (FIP). En esta ocasión, la FIP quiere destacar que cuando se piense en salud, hay que pensar en la profesión farmacéutica, como refleja el lema de esta edición.
Los sistemas sanitarios de todo el mundo están sometidos a una gran presión asistencial, a demandas crecientes y a problemas de sostenibilidad. Un reto al que se enfrentan, además, con nuevas amenazas para la salud pública como estamos viendo cada día.
En este contexto, la profesión farmacéutica se presenta como la más cercana y accesible a los ciudadanos. Una profesión cuya labor garantiza el acceso y uso adecuado de los medicamentos; promueve la salud y contribuye a la prevención y la detección precoz de la enfermedad mediante su intervención en el ámbito de la salud pública.
Los farmacéuticos son, en muchas ocasiones, el único punto de contacto con el sistema sanitario, especialmente en el ámbito rural y zonas desatendidas. Además, la farmacia está viviendo un desarrollo asistencial con la provisión de nuevos servicios que responden a necesidades reales y demandan los pacientes. España es ejemplo de todo ello con la implantación de servicios en torno al medicamento, como es el de adherencia terapéutica; o de salud pública con los programas de cribado de enfermedades.
Los farmacéuticos nos sentimos orgullosos, hoy y siempre, de nuestra vocación y espíritu de entrega a los ciudadanos. Para que nunca, en ninguna circunstancia, por muy dura que sea, les falten sus medicamentos. Porque siempre estamos ahí, junto al paciente, incluso en momentos tan difíciles como los vividos durante la pandemia, que nos puso al límite, pero no mermó nuestras fuerzas para seguir atendiendo a los pacientes.
Por todo ello, ahora más que nunca, los gobiernos cuando piensen en salud deben pensar en los farmacéuticos. Porque cuando se cuenta con los farmacéuticos, se están optimizando los recursos y aportando eficacia y eficiencia al sistema. Los sistemas sanitarios deben aprovechar todo el potencial que ofrecen los farmacéuticos, desde todos sus ámbitos de actuación, y las farmacias, un lugar de confianza y primer contacto con la salud.
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