Elecciones
El PSOE sale trasquilado en su batalla sanitaria
Durante los últimos cinco años, la administración de esta particular parcela tan sensible para los ciudadanos ha sido un desastre
La Sanidad le ha pasado al PSOE una enorme factura en la debacle electoral que sufrió el pasado 28 de mayo, y lleva camino de volvérsela a pasar en los comicios de julio. Durante los últimos cinco años, la administración de esta particular parcela tan sensible para los ciudadanos ha sido un desastre. El Gobierno comenzó con una gestión nefasta de la pandemia tras trocear previamente el Ministerio para repartírselo con sus socios.
Con una plantilla descapitalizada y muy envejecida, Sanidad fue incapaz de dar respuesta rápida al virus y tampoco supo reaccionar a la postpandemia, arrojando un saldo demoledor. El número de enfermos en espera de una operación es hoy el más alto de toda la historia, con las autonomías del PSOE a la cabeza, y el Gobierno ha sido incapaz de formular plan de choque alguno para corregir el desaguisado.
Esta legislatura no habrá, pues, medidas draconianas para acelerar la atención quirúrgica de los enfermos. Para colmo, tampoco habrá Ley de Salud Mental, ni Agencia de Salud Pública para el control de futuras pandemias, ni Ley de Seguridad del Paciente, ni la Ley para los enfermos de ELA, ni una reforma de la Ley del Medicamento. ¿Para esto hacían falta cinco ministros?
Pero si desastrosa ha sido la gestión, no menos penoso ha sido el burdo y reiterado intento de utilizar la Sanidad para golpear al adversario. Isabel Díaz Ayuso y, con ella, todos los madrileños, han sufrido en sus carnes las manipulaciones del Gobierno, incluido un estado de alarma ad hoc que implicó un encierro y que luego fue tumbado por la Justicia. El PSOE jaleó a sus huestes atizando el fantasma de la (falsa) privatización y salió esquilado, como en anteriores elecciones, porque su credibilidad tras pactar con Bildu es nula.
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