Opinión

El PP no puede dar la razón al PSOE con el modelo Alzira

El Hospital de Alzira siempre ha sido un ejemplo de buen funcionamiento

La gestión del hospital de Alzira está desde abril en manos de la Conselleria de Sanidad
Fachada del hospital de Alziralarazon

A lo largo de todos sus años de andadura, el Hospital de Alzira ha sido un ejemplo de buen funcionamiento. Para los que no lo sepan, baste decir que éste fue el primer centro en el que se ensayó la colaboración público-privada en España en materia sanitaria. Lo puso en marcha el PP en la Comunidad Valenciana durante la etapa de Gobierno de José María Aznar, y pudo desarrollarse gracias a una ley, la de nuevas fórmulas de gestión, a la que el PSOE, que estaba en la oposición, le dio el visto bueno en el Congreso de los Diputados.

El modelo consistió en encomendar a una empresa privada la construcción y gestión del hospital durante un periodo limitado de tiempo a cambio de atender a la población del área y recibir por ello un pago per capita. Tan rentable era para el modelo público en un primer momento y tan costoso fue para la empresa, Adeslas, que tuvieron que cambiarse sobre la marcha las reglas del partido, siendo ya menos rentable para las arcas públicas y más para la empresa, aunque no demasiado.

El modelo pretendía dos objetivos. Por un lado, ahorrarle el gasto de la construcción del hospital al sistema público. Por otro, inocular normas flexibles de funcionamiento a la sanidad, anquilosada entonces y mucho más anquilosada ahora por culpa de una normativa que impide, por ejemplo, retribuir mejor a los sanitarios abnegados y penalizar a los indolentes.

A pesar de apoyar el modelo en el Parlamento, el PSOE de Ximo Puig decidió tirar de demagogia, ordenando la reversión. Desde que se produjo, las listas de espera en el área cubierta por el hospital no han dejado de crecer y tampoco se ha producido el ahorro esperado. Haría mal el PP, ahora que gobierna en Valencia, en consolidar la reversión. Sería darle la razón a Puig cuando no la tenía.