Salud mental
Qué es la fatiga por compasión, cuáles son sus síntomas y cómo prevenirla
Exponerse al trauma, la enfermedad y la muerte siempre pasa factura. Las personas que cuidan también merecen cuidados
La compasión y la empatía son dones necesarios para las personas quehan dedicado su vida a cuidar de otros. Sin embargo, a veces también pueden suponer una carga muy grande. En el campo de la psicología se entiende “fatiga por compasión” a las secuelas emocionales con las que deben lidiar las personas que, por trabajo o vocación, ayudan a personas que sufren.
¿Cómo se manifiesta?
Aunque el término “fatiga por compasión” es relativamente moderno, el trastorno de ansiedad al que denota se conoce desde hace mucho tiempo. Es un trastorrno de la ansiedad más probable en las personas que trabajan en primera línea como bomberos, enfermeros, técnicos de primeros auxilios, psicoterapeutas u oncólogos. La misma predisposición a la empatía que les empujó a elegir esa opción profesional, también provoca que con frecuencia eliminen las barreras emocionales que les separan del dolor, quedando totalmente expuestos y vulnerables al trauma.
Al exponerse de esta forma tan cercana a la enfermedad y la muerte, de forma continuada y sin tener una válvula de escape para estas emociones negativas... estas personas acaban reprimiendo estas emociones; lo que puede derivar -a su vez- en síntomas que recuerdan a los del trastorno de estrés postraumático; entre los que se incluye -por ejemplo- la irritabilidad, los recuerdos intrusivos, el insomnio, la ansiedad, la depresión, las sensaciones de agobio, etc.
Con el tiempo, la fatiga por compasión acaba desembocando en la apatía y el cinismo. Los afectados también se muestran reticentes a trabajar con determinados pacientes, se sienten insatisfechos y distraídos… y acaban cometiendo más errores de lo habitual. Asimismo, también es normal que sufran cansancio crónico y agotamiento, cefaleas, tensión muscular y síntomas digestivos.
Estrategias y equilibrio
La primera recomendación que suelen dar los expertos y los investigadores que han estudiado este trastorno es la autoconciencia. Como ocurre con muchos otros trastornos mentales, las personas que padecen fatiga por compasión pueden no ser conscientes de la factura emocional que están pagando por hacer su trabajo. Para esto, suele ser conveniente contar con la opinión de la familia y del entorno cercano, porque ellos suelen ser los primeros en observar estos cambios emocionales.
La literatura relacionada también destaca con frecuencia la importancia del apoyo social alrededor del cuidador, tanto en su vida privada como profesional. La introspección y la reflexión en soledad pueden ayudar a encontrar estrategias para enfrentarse a situaciones sin interrumpir la vida. Así que, este apoyo social puede ser simplemente estar ahí para escuchar a esta persona, pero también puede ser respetar el tiempo de descanso que tanto merece. Desde el entorno laboral también hay muchas estrategias que pueden desplegarse para cuidar de la salud emocional de los empleados. Los programas de atención, la psicoterapia, grupos de apoyo, los cursos de formación en control del estrés, la implantación de estrategias comunicativas eficaces, etc.
Las estrategias que puedan establecerse desde el entorno personal y el laboral son siempre necesarias, pero nunca serán suficiente. El trabajo más importante es el que debe hacer el propio afectado. Gestionar el impacto de la exposición constante al trauma de otros recuere un compromiso diario con el bienestar propio. Por ajetreada que sea la agenda, es necesarioreservar tiempo para el descanso. Entiendiendo por descanso no sólo el descanso físico, sino también el emocional. Es decir, desconectar pasando tiempo en ambientes alegres y positivos se vuelve una prioridad, porque solo así es posible encontrar sentido y equilibrio.
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