Sanidad
Revolución en el Consejo Interterritorial de Salud
La mayor parte de los gobiernos autonómicos experimentará en los próximos días una revolución en su seno
Este domingo concluye una etapa histórica en la Sanidad española. A resultas de las elecciones y el cambio político subsiguiente, la mayor parte de los gobiernos autonómicos experimentará en los próximos días una revolución en su seno y muchos de los consejeros de Salud que marcaron la agenda del país durante la pandemia desaparecerán de la escena pública. Algunos ya salieron por desgaste, enfrentamientos con los sanitarios o, simplemente, decisión personal, pero la tabula rasa, la definitiva, comenzará ahora.
Otras caras nuevas asumirán la gestión postpandemia y mantendrán encuentros con otro ministro nuevo, el quinto de esta legislatura, José Manuel Miñones. Lo harán en un foro que ha adquirido connotaciones históricas: de no pintar nada en el contexto político español, el Consejo Interterritorial de Salud pasó a asumir las decisiones más drásticas del país cuando las infecciones por Covid-19 se generalizaron entre la población. A estas alturas, la conclusión es que este órgano de coordinación sanitaria del conjunto del Estado llegó a alcanzar más poder del que parecía que podía asumir antes de la pandemia, pero menos del que quizás debiera, en una España en la que la Sanidad se encuentra descentralizada.
Llega el momento, como ocurre con la Sanidad en su conjunto, en el que tocaría redefinirlo, para que decisiones adoptadas por los técnicos no sean tumbadas por los políticos, como ha ocurrido, y para definir cómo han de adoptarse las decisiones: si son consultivas o vinculantes, si deberían tomarse por mayoría o no, si el voto del Ministerio debe pesar más que el de los gobiernos regionales... Urgen las reformas porque aunque el Interterritorial funcionó relativamente en pandemia, podría haberlo hecho aún mucho mejor.
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