
Gripe
¿Será más grave esta temporada de gripe?
El subtipo dominante, el H3N2, es conocido por su capacidad de mutar de manera rápida y continua, lo que le permite evadir la inmunidad generada por infecciones previas o vacunas

En solo unas semanas, los casos de gripe han aumentado un 40% en España y las cifras ya superan las registradas en 2024. Unos datos que, sumados a la rápida expansión del virus respiratorio, han llevado a algunas comunidades autónomas a emitir recomendaciones para el uso de las mascarillas en centros sanitarios y otros espacios cerrados.
La causa principal es el subtipo de virus dominante esta temporada, el A(H3N2), variante K. Este patógeno es conocido por su capacidad de deriva antigénica, un proceso de mutación rápida y continua que cambia su "apariencia" externa, permitiéndole evadir la inmunidad generada por infecciones previas o vacunas.
Por ello, las temporadas dominadas por este subtipo suelen estar asociadas a una mayor gravedad, especialmente en poblaciones vulnerables como los ancianos.
"Una prueba concreta de este desafío que supone este subtipo es que, para la temporada 2025-2026, los expertos tuvieron que actualizar el componente A(H3N2) de la vacuna, reemplazando la cepa de A/Thailand/8/2022 por una nueva, la A/Croatia/10136RV/2023", explica J. Roig Vázquez, inmunólogo de HM Hospitales. Esta actualización fue crucial para intentar que la vacuna se pareciera lo más posible al virus que se esperaba que circulara, como así ha sido.
"Un detalle técnico que ilustra la complejidad de combatir al H3N2 es que se seleccionaron cepas diferentes para las vacunas cultivadas en huevo frente a las cultivadas en células o recombinantes. Esto se debe a un fenómeno conocido como 'adaptación al huevo', donde el virus puede mutar al crecer en huevos (el método tradicional de producción), alterando sus características y haciendo que la vacuna sea menos efectiva", detalla.
El subtipo A(H3N2) ha llegado para quedarse, y ha sustituido al linaje de influenza B/Yamagatan, que fue durante décadas uno de los cuatro componentes clave contra los que protegían las vacunas antigripales.
En marzo de 2020, coincidiendo con el inicio de la pandemia de covid, pasó algo sorprendente. Los sistemas de vigilancia global, que monitorizan la circulación de virus en todo el mundo, dejaron de detectar de forma consistente el citado linaje, y su ausencia se ha mantenido durante cinco temporadas consecutivas. "Un evento sin precedentes en la virología moderna que sugiere su posible extinción", indica Roig Vázquez.
La implicación más importante de esta desaparición es un fue un cambio histórico en la estrategia de vacunación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó oficialmente en marzo de este año abandonar las vacunas tetravalentes (que protegían contra dos linajes de influenza A y los dos de influenza B) y volver a las vacunas trivalentes para la temporada 2025-2026 en el hemisferio norte. La causa: evitar antígenos innecesarios manteniendo la misma efectividad.
"Esto ha sido significativo porque simplifica la producción de vacunas a nivel mundial y permite que la respuesta inmunológica del cuerpo se concentre exclusivamente en los virus que realmente están circulando y representan una amenaza activa: A(H1N1), A(H3N2) y el linaje B/Victoria", expone el especialista.
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