Estudio
Las subidas de glucosa después de comer en personas sin diabetes aumentan el riesgo de enfermedades metabólicas
La edad, la hora, el sexo y el IMC modifican notoriamente las curvas de los niveles de glucosa después de las comidas
Los niveles de glucosa (azúcar) en sangre después de comer contribuyen a las comorbilidades y al riesgo de mortalidad, pero la asociación entre los alimentos y las respuestas de glucosa posprandial en entornos de la población general sigue siendo incierta. Al menos hasta ahora.
Un equipo multidisciplinar de investigadores ha publicado en "JAMA Network Open" un estudio pionero que confirma la importancia de la carga glucémica de los alimentos sobre los niveles de glucemia en las personas a pesar de que no tengan diabetes.
Médicos de atención primaria del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, pertenecientes al grupo Metodología de la Investigación del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), junto con bioestadísticos de las universidades de Santiago y Harvard, analizaron la respuesta glucémica a las comidas de 514 adultos de A Estrada (Pontevedra) de 18 a 85 años sin diabetes, que aceptaron participar tras haber sido seleccionados aleatoriamente de los registros del Sistema Nacional de Salud.
Los participantes del estudio, titulado "Edad, sexo, IMC, horario de las comidas y respuestas glucémicas reales a la carga glucémica de las comidas", fueron monitorizados con sensores de glucosa durante siete días, mientras registraban de forma detallada su dieta habitual.
En concreto, se evaluó la respuesta glucémica pospandrial durante tres horas después del desayuno, almuerzo y cena con evaluaciones dietéticas.
En total, se recopilaron más de 1,3 millones de mediciones de glucosa, lo que convierte a este trabajo en uno de los más amplios realizados en población sin diabetes mediante monitorización continua de glucosa.
"La carga glucémica, que combina el índice glucémico de los alimentos con la cantidad de hidratos de carbono que aportan, se consideraba un buen predictor en condiciones experimentales", afirma en un comunicado Mar Calvo, especialista en Análisis Clínicos en el Hospital Clínico Universitario de Santiago y primera autora del estudio.
Sin embargo, su capacidad para anticipar la respuesta glucémica en la vida real no estaba clara, lo que explica que su integración en las guías dietéticas sea desigual a nivel internacional.
"Mientras algunos países exigen incluir el índice glucémico en el etiquetado de alimentos, otros no. La OMS, por su parte, prioriza indicadores como la fibra y los cereales integrales para evaluar la calidad de los carbohidratos", explica la investigadora.
Estrategias de prevención
Este estudio demostró que las comidas con mayor carga glucémica se asocian con subidas de glucosa intensas y prolongadas, especialmente al mediodía y por la noche. El horario de las comidas modula la respuesta confirmando la influencia de los ritmos circadianos en el metabolismo.
Por su parte, el factor edad amplifica este efecto, con incrementos marcados a medida que se incrementaba la edad. El índice de masa corporal también influyó, aunque en menor medida, mientras que los hombres presentaron niveles de glucosa más bajos que las mujeres después de las comidas principales.
"A través de esta investigación, se confirma que la carga glucémica es un predictor válido de la respuesta glucémica en condiciones de vida cotidiana, más allá de los entornos de laboratorio", señalan los investigadores del IDIS y coordinadores principales del proyecto, la Dra. Mar Calvo y el Dr. Francisco Gude.
Estos hallazgos abren la puerta a estrategias de prevención y recomendaciones dietéticas personalizadas, que tengan en cuenta no solo la cantidad y tipo de carbohidratos, sino también el momento del día en que se consumen y las características de cada persona.