En pleno corazón del cantón de Berna, en Suiza, junto a la vía del teleférico del Niesen, se encuentra la escalera más larga del mundo. Cuenta con 11.674 escalones, es decir, siete veces más que la Torre Eiffel, y recorre una pendiente del 68 %, lo que la convierte en un verdadero desafío físico.

Los periodistas de TF1 acompañaron al guía local Nicolas Overney, que conoce el recorrido a la perfección, en una ascensión que pone a prueba incluso a los más preparados. Aunque algunos participan cada junio en una carrera que recorre el tramo corriendo —donde el récord es de 55 minutos y 55 segundos—, el trayecto a pie puede tomar más de cinco horas.

Subida extrema con vistas de vértigo

Uno de los participantes, Michaël, que se entrena para intentarlo, revela su estrategia: “El truco es mirar los pies y los escalones delante de uno. No hay que mirar hacia arriba todo lo que queda, porque desmotiva”.

Durante el ascenso, las condiciones también se vuelven más exigentes: el frío aumenta con la altitud y el esfuerzo se acumula. La escalera culmina a 2.360 metros sobre el nivel del mar, un cuarto de la altura del Everest. Desde allí, la vista sobre los Alpes suizos es impresionante, aunque a veces oculta por las nubes.

Acceso restringido y origen histórico

El reto fue parcialmente cumplido por el equipo de TF1, que tuvo que recurrir a dos funiculares para completar la subida. El acceso a la escalera está prohibido al público, salvo en ocasiones especiales, ya que fue construida en 1910 como vía de emergencia para los pasajeros del teleférico.

En la cima, un café-restaurante permite contemplar el espectacular paisaje del cantón de Berna. Ya sea a pie o en teleférico, el Niesen ofrece una experiencia única y vertiginosa en el corazón de los Alpes suizos, a una distancia relativamente cercana desde España.