Coronavirus

¿Por qué España no tiene, aún, una app de rastreo de COVID-19?

Se han lanzado al mercado internacional más de 20 aplicaciones para intentar controlar los contagios, pero España lanzará la suya propia: será en julio y únicamente en la isla de La Gomera

España forma parte del reducido grupo de países de la UE que todavía no tiene «app» de rastreo
España forma parte del reducido grupo de países de la UE que todavía no tiene «app» de rastreoLAURENT GILLIERONAgencia EFE

Alemania ha logrado un pico de 685 casos de COVID-19 en un día, el más alto en el último mes. El Reino Unido, de acuerdo a cifras del sistema publico de salud (PHE) alcanzó los 1.295 casos el viernes. Al mismo tiempo, en España, las fronteras se han abierto y ya pueden entrar turistas y nos podemos desplazar entre comunidades. En este contexto, la existencia de aplicaciones para rastrear a personas con COVID-19, resulta importante para impedir nuevas oleadas. ¿Por qué? Vamos por pasos. Hasta la fecha, ocho países miembros de la Unión Europea ya tienen en marcha una aplicación con este objetivo: Alemania, Francia, Italia, Austria, República Checa, Letonia, Polonia y Hungría.

Recientemente la UE acordó un marco técnico para permitir que las aplicaciones de rastreo de contactos de coronavirus de cada país funcionen en otros del espacio Schengen. El comisionado europeo para el Mercado Interior, Thierry Breton, dijo: «A medida que nos acercamos a la temporada de viajes, es importante garantizar que los europeos puedan usar la aplicación de su propio país donde sea que viajen en la UE. Las aplicaciones de rastreo de contactos pueden ser útiles para limitar la propagación del coronavirus».

Debido a que la UE tiene una política de privacidad muy cuidada y restrictiva, las regulaciones deben asegurar que cada aplicación cumpla con la normativa vigente. En este sentido, el documento, en las especificaciones técnicas, establece que «cada app nacional debe cargar las claves de los ciudadanos recién infectados cada dos horas y descargar las claves de diagnóstico de los otros países que participan en este esquema. La información de proximidad compartida entre aplicaciones se intercambiará de forma encriptada, lo que impide la identificación de una persona individual, de acuerdo con las directrices de la UE sobre protección de datos para aplicaciones. De hecho no se utilizarán datos de geolocalización».

Básicamente, esto permite que si un turista extranjero llega de vacaciones a Mallorca y se infecta aquí con el virus SARS-CoV-2, se pueda establecer su itinerario y saber con quién estuvo en contacto y así prevenir a los posibles contagiados, para que no continúe la cadena. Así, el intercambio de datos, es fundamental…el problema es que necesita de una aplicación. Y España aún no la tiene. De hecho es uno de los 10 países de la UE que pondrán en funcionamiento su propia aplicación entre junio y julio.

Muy bien, no somos los únicos. En realidad sí: España es el único de estos países que no usará la «app» en todo su territorio, sino solo en la isla de La Gomera. Y como un ensayo para ver los datos que se obtienen.

Dentro de la UE hay dos países que lideran el turismo. Uno es Francia, con más de 86 millones de visitantes al año. El segundo es España, con 81 millones. De acuerdo con las autoridades, aún no hay fecha prevista para el lanzamiento de la «app» a nivel nacional, pero será de las últimas que lo hagan. Y eso hará que las tareas de rastreo que lleven a cabo las aplicaciones de Alemania, Francia o Italia, por poner un ejemplo, no tengan una contrapartida española

¿Qué ocurre en el resto del planeta?

A medida que la pandemia continúa, cada vez más países crean aplicaciones, servicios y sistemas para el seguimiento de sus ciudadanos. Algunas «apps» son voluntarias (la mayoría la verdad), mientras que otras son de descarga obligatoria Esto marca la primera división obvia entre aplicaciones. La segunda es la cantidad y el tipo de datos que se utilizan. Aquí también hay extremos. Por ejemplo el sistema chino incluye la identidad de los ciudadanos, la ubicación e incluso el historial de pagos en línea para que la policía local pueda vigilar a aquellos que rompen las reglas de cuarentena. En los casos de aplicaciones de descarga obligatoria y en algunos de uso voluntario, tampoco se habla de cuánto tiempo los datos permanecerán en el sistema, es decir si se destruyen a los 30 días o no.En suma: no existe un consenso de cómo debe usarse, del tipo de transparencia de políticas de privacidad, con quién se comparte la información. Lo que sí sabemos es que la mayoría de ellas operan rastreando nuestro móvil para localizarnos. Esto lo pueden hacer usando el GPS, ubicándonos por las antenas cercanas a las que se conecta el dispositivo o por bluetooth, cuando nuestro móvil se conecta a otros. Esta última opción sería una de las más anónimas, ya que los teléfonos intercambian información cifrada vinculada a la «app». Por ello resulta tan importante contar con una aplicación local: prevención, detección y confinamiento. Eso ayudará a evitar una segunda oleada.