Caza

Dónde buscar las liebres

La liebre es una de las piezas cinegéticas que llegado el invierno modifica su comportamiento. ¿Dónde debe buscarlas el cazador?

Una liebre en busca de siembras para alimentarse
Una liebre en busca de siembras para alimentarsePixabay

La caza de la rabona siempre ha estado presente en las jornadas cinegéticas bien en las carreras con galgos, o bien en la caza en mano o al salto. Cuando perdices y conejos escasean o se hacen difíciles de capturar, la liebre suele regalar al cazador algún rápido lance con el que llenar el morral salvando muchas temporadas de caza menor.

La principal cualidad de los animales salvajes es que saben adaptarse al medio en el que viven. Cuando las heladas empiezan a aparecer en los campos españoles tiñéndolos con su blanca escarcha al amanecer, las liebres modifican sus hábitos teniendo que adaptarse a la adversidad.

Para encontrar las liebres entonces, el cazador debe variar su estrategia de búsqueda. Refugio y alimento son los dos indispensables que la liebre procurará asegurarse minimizando los riesgos que conseguirlos supone. Para ello permanecerá cerca de campos de cereal, pero también cerca del refugio que le pueda ofrecer el monte bajo o el pastizal donde procurarse un encame es más seguro y confortable. Cuando las tierras sembradas de cereal empiezan a dar sus frutos y los cereales empiezan crecer ya en sus primeras fases en invierno pueden ofrecer una cobertura suficiente a la liebre además de proporcionarle un alimento asegurado. Los surcos de estas siembras le ofrecen la protección contra el viento que necesitan además de darle el fondo ideal para que la liebre se mimetice.

Con los fríos y heladas estas tierras estarán lo suficientemente duras para que la liebre pueda echar a correr ante la menor amenaza. En el caso de lluvias torna distinto ya que la liebre no gusta de enfangarse las patas cosa que le dificulta la huida. Aunque la liebre guste de los sembrados en esta época lo más probable es que no gaste el día entero en ellos si no que para descansar y cobijarse prefiera sitios más seguros. Es entonces cuando la liebre se encama en los pastizales o zonas de monte bajo, pero manteniéndose cerca del cereal.

La liebre está presente en las praderas de los minfundios
La liebre está presente en las praderas de los minfundioslarazonWikipedia

En las zonas de monte la liebre buscará las zonas con chaparros y jaras donde el frío y la escarcha no la castiguen. En caso de que el inicio del invierno se presente lluvioso la rabona buscará los altos de los cerros cerca de sus zonas frecuentes de encame. Así evita la caída de agua en su zona de descanso.

En el caso de que frío y lluvia se conjuguen a la vez las zonas húmedas serán el lugar más factible para poder encontrar a las liebres. En los regatos donde transcurre el agua o en pequeñas charcas es fácil que una orejuda sorprenda al cazador con su rápida arrancada ya que en estas zonas la temperatura para que se produzca la helada debe ser menor y por lo tanto deja libre del hielo al rápido animal. Como es sabido, las masas de agua atemperan y en verano en sus márgenes producen refresco y una menor temperatura. En invierno, por el contrario, aumentan la temperatura y esta es más suave junto al agua que en las frías y desnudas planicies.

Otro invitado asiduo del invierno durante una jornada de caza es el viento. Quizás sea este fenómeno el que más condiciona los encames de la liebre. Cuando el viento azota el cazadero hay que analizar la dirección que lleva y buscar a la liebre tras los parapetos del coto. Las pequeñas paredes de piedra que aun abundan en nuestros campos, los matorrales tupidos de encina, las zarzas o las junqueras son refugios donde la liebre a buen seguro proporcionará más de un lance si el viento hace de las suyas.

Cuando llega el invierno el principal problema de la liebre y todas las especies es la escasez de alimento. Por ello, si en el coto existe ganado vacuno, éste indirectamente proporcionara refugio y alimento a la orejuda. La paja y el heno que el ganadero dispensa a sus vacas, así como el pienso que de tanto en tanto también les aporta, supone una salvación en muchos casos para las liebres durante el periodo más frío del año. La paja le proporcionará ese aislante contra la humedad y el pienso caído por el terreno un alimento fácil.