Iglesia

Los obispos avisan de que la eutanasia convierte al Estado en “responsable de una muerte infringida”

La Conferencia Episcopal critica que la tramitación de la ley se haya realizado de una forma “sospechosamente acelerada

El derecho a quitar la vida
El derecho a quitar la vidaRuben mondelo .La Razón

Los obispos españoles han apelado a la “conciencia” de los políticos frente a la ley de eutanasia, cuyo dictamen fue aprobado este jueves por la Comisión de Justicia del Congreso y que, a juicio de los prelados, ha sido tramitada de una forma “sospechosamente acelerada”, algo que consideran “grave”.

La tramitación se ha realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público. El hecho es especialmente grave, pues instaura una ruptura moral; un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infringida; y también de la profesión médica”, subrayan en un comunicado publicado este viernes por la Conferencia Episcopal Española (CEE).

En la nota, titulada ‘La vida es un don, la eutanasia un fracaso’, los obispos españoles piden “a cuantos tienen responsabilidad en la toma de estas graves decisiones que actúen en conciencia, según verdad y justicia”.

Según precisan, basándose en la experiencia de los países donde se ha legalizado, al otorgar el derecho a la eutanasia “se incita a la muerte a los más débiles” que se perciben como “una carga para la familia” y la sociedad y se ven “condicionados a pedir la muerte” porque “la ley les presiona en esa dirección”.

Frente a la eutanasia, los prelados urgen a promover en España los cuidados paliativos “que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral” pero que, según denuncian, actualmente, no llegan a todas las personas que los necesitan.

“La falta de cuidados paliativos es también una expresión de desigualdad social. Muchas personas mueren sin poder recibir estos cuidados y sólo cuentan con ellos quienes pueden pagarlos”, afirman.

En este sentido, añaden que la muerte provocada “no puede ser un atajo que permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral”.

Además, señalan que “la pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de la vida” y ha suscitado solicitud por los cuidados, al mismo tiempo que “indignación por el descarte en la atención a personas mayores”.

Por todo ello, se unen al Papa Francisco para subrayar que “la eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos” y convocan a los católicos españoles a una Jornada de ayuno y oración el próximo miércoles 16 de diciembre, “para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana”.