Polémica
El belén postmoderno del Papa desconcierta a los fieles visitantes del Vaticano
Las figuras, entre las que destaca una especie de astronauta, son de varios colores y de tamaño superior al natural
El pesebre que desde ayer viernes puede visitarse en la plaza de San Pedro, de corte postmoderno y compuesto por figuras de cerámica de varios colores de tamaño superior al natural, ha provocado cierto desconcierto al incluir el modelo de una especie de astronauta. La inauguración del pesebre reunió al presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello, y al secretario de dicho organismo, el obispo Fernando Vérgez, en un acto reducido por las disposiciones sanitarias por la pandemia sin la presencia del Santo Padre.
Todos los años el Papa suele visitar el pesebre de la plaza de San Pedro el 31 de diciembre después de celebrar las vísperas y el Te Deum en acción de gracias por el año que termina.
Las figuras principales del Belén, es decir las imágenes de María, José, el Ángel y los Reyes Magos, así como los animales del pesebre, el buey y la mula, están representadas al estilo clásico y son identificables. En total, el Belén original contaba con 54 estatuas grandes entre las que figuraban un musulmán, un judío y hasta un verdugo, si bien no han sido todas expuestas. Otro de los personajes más desconcertantes es una figura que parece representar un soldado.
En el acto de inauguración también se ha iluminado el abeto rojo de 28 metros de altura y 70 centímetros de diámetro proveniente de Eslovenia.
Tal y como señala “Vatican News”, en su discurso inaugural, el cardenal Bertello ha explicado que el pesebre “nos hace comprender que el Evangelio puede animar todas las culturas y todas las profesiones. Se convierte en un punto de llegada y de salida para la diócesis de Teramo, que ha hecho un intenso camino pastoral de preparación. Y un recorrido”, continúa, “que salió al encuentro de Eslovenia, de donde procede el árbol, con la que se ha creado casi un hermanamiento espiritual”. Además, ha afirmado que “este abeto nos recuerda la extraordinaria belleza de este país y sus tradiciones”.
Mons. Castelli ha aclarado que “la posibilidad de poder montar el monumental belén de la escuela de arte de Castelli (…) es realmente un gran regalo para toda nuestra Iglesia diocesana y, sobre todo, una gran oportunidad para un territorio que ha sido duramente golpeado por dos terremotos, en 2006 y 2017”. Del mismo modo, prosigue, da “testimonio de la fe del pueblo de los Abruzos y de esta comunidad con sus habilidades artísticas y, de hecho, no debemos olvidar que Castelli se encuentra entre las ciudades más importantes de la cerámica a nivel europeo. Por lo tanto, concluye, “es un regalo para todos, especialmente en esta época de emergencia sanitaria, en la que todos estamos llamados a repartir”.
La estructura de bronce representa un barco con un grupo de migrantes y refugiados de diferentes ascendencias culturales y raciales, y de varios períodos históricos. Ya iluminada, muestra su foco concreto en las tres figuras que reproducen la Sagrada Familia de Nazaret.
Según señala la Santa Sede, se trata de una señal que resalta el “profundo significado de la Navidad” y recuerda que Jesús, María y José “también fueron migrantes y huyeron para salvar sus vidas”. Habla de un “hermanamiento para recordar que, aún más en este momento de pandemia, todos estamos necesitados y esperando”.
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