Control de la transmisión
¿Han servido para algo las medidas anticovid del Gobierno?
Un estudio internacional demuestra que para detener la pandemia es más útil cerrar escuelas y reducir encuentros familiares que confinar a toda la población
Algunos gobiernos como el sueco han anunciado su intención de exponerse a un grupo de evaluadores independientes para que pongan nota a su actuación frente a la pandemia. Otros como el italiano han puesto en marcha un comité de expertos liderado por un empresario sin conexiones políticas para asesorar sobre la recuperación del país. El Gobierno español ha preferido decidir él mismo los nombres de las personas que supuestamente van a evaluar su gestión de este año.
Pero, ¿existe algún modo objetivo de conocer si las medidas tomadas para detener la expansión de la Covid durante estos últimos 12 meses han sido útiles? ¿Un baremo científico de la eficacia de los gobiernos para salvar la vida de sus gobernados?
Un estudio publicado esta semana en «Science» pretende ser ese baremo y los resultados arrojan luz sobre qué medidas han funcionado mejor y dónde. Un equipo internacional liderado por Jan Brauner, de la Universidad de Oxford, y que incluye a científicos especializados en prevención de enfermedades y modelación informática de pandemias ha evaluado las intervenciones no farmacológicas más habituales en más de una docena de países entre enero y junio de 2020.
Se entiende por intervención no farmacológica a todas las medidas que no suponen una decisión clínica o médica directa. Confinamientos, toques de queda, cierre de centros educativos, restricciones a la movilidad, etc.
Durante los seis meses analizados, los gobiernos de todo el planeta movilizaron ingentes recursos para tratar de detener la pandemia. De todas las medidas tomadas, algunas fueron consistentemente repetidas en la mayoría de las naciones. Casi ningún país se libró en algún momento de algún periodo de confinamiento o de cierre de negocios y comercios. Algunos estudios estadísticos parecen haber demostrado que estas medidas fueron eficaces a la hora de reducir el índice de reproducción del virus. Pero nunca se había evaluado cada una de las medidas por separado para determinar cuáles son más eficaces y cuáles menos en el control de la enfermedad.
En este caso, los autores del trabajo han seleccionado una a una las intervenciones no farmacológicas más habituales y han cruzado datos de contagios, permanencia en UCI y mortalidad de todos los países observados. El resultado arroja una inesperada sorpresa: mientras el cierre de los centros educativos, la limitación de los encuentros personales a grupos de menos de 10 personas y el teletrabajo son muy eficaces, el efecto de los confinamientos masivos en el control de la enfermedad parece mucho más dudoso.
El objetivo de este análisis es detectar qué efecto tiene cada una de las medidas en la reducción del índice de reproducción del virus. Las herramientas estadísticas utilizadas parecen indicar que la medida más eficaz de todas es reducir el número de personas que pueden reunirse a menos de 10. Esta medida, cuando se aplica correctamente, reduce el número R (la tasa de reproducción del coronavirus) en un 42 por 100. Si se prohíben los acto públicos de más de 100 personas, la tasa se reduce un 34 por 100 y si el aforo máximo se sitúa en 1.000, en un 23 por 100.
En cuanto a las medidas relacionadas con el trabajo, obligar a trabajar desde casa y cerrar los comercios impacta en un 27 por 100 de la tasa. Cerrar las escuelas y universidades, en un 38 por 100. La medida menos eficaz de todas, según este estudio, es el confinamiento masivo, con una reducción de la tasas de reproducción del virus del 13 por 100.
Por desgracia, estos porcentajes no pueden sumarse. La aplicación de dos o más medidas no supone la suma de sus capacidades de reducción. Y salvo en el casi de Suecia e Islandia, donde se cerraron las universidades pero no los colegios, es imposible diferenciar la eficacia del cierre de los colegios aisladamente. Pero los datos son de gran ayuda para entender cómo hay que enfrentarse a una pandemia como esta. Aún así, el estudio sí puede intuir cuál sería el efecto de aplicar conjuntamente dos o más medidas no farmacológicas. En todos los casos, el confinamiento se muestra como la medida menos efectiva.
Ránking por eficacia
Los autores han establecido un ránking de medidas en función de su eficacia. Cerrar los centros educativos y reducir los encuentros a grupos de menos de 10 personas son las medidas que están en el grupo de las que provocan un «gran efecto» en la tasa de reproducción del virus. Un «efecto moderado» lo provocan las medidas de teletrabajo y cierre de comercios. Entre «moderado y bajo» es el efecto generado por el cierre de bares y restaurantes. El confinamiento de toda la población parece caer en la categoría de medidas que tienen un «bajo efecto» en la contención de la pandemia.
Los autores reconocen que, a pesar de ciertas limitaciones estadística que arroja su modelo, el análisis individualizado de las medidas a tomar puede ser una estrategia mucho más útil para detener futuras olas que la puesta en práctica masiva de medidas generales tal como se hizo en muchos países (entre ellos España) a partir de marzo de 2020.
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