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Coronavirus

Illa ignora la ayuda de Ejército y Sanidad privada con la vacuna

Defensa pone a los militares a disposición de las autoridades y las clínicas se ofrecen gratis para agilizar la aplicación de las dosis

A pesar de que España se encuentra en el grupo de países con mayor mortalidad por Covid-19 de todo el planeta y de que su población es también una de las más envejecidas y, por tanto, especialmente vulnerable al virus, la vacunación sigue sin terminar de arrancar. Problemas logísticos y de personal, así como la complejidad del proceso están impidiendo que varias autonomías hayan hecho aún un uso masivo de las dosis recibidas. De hecho, hasta ayer sólo habían administrado 139.339, un 18,7% de las 743.925 que tenían en su poder, con diferencias notables entre ellas.

¿Faltan recursos para inmunizar con celeridad al primer grupo de riesgo elegido? Colegios y organizaciones profesionales dicen que sí. Por ejemplo, cifran en 15.000 el déficit de enfermeras sólo en atención primaria. A pesar de esta carencia, España cuenta con otros medios a su disposición para acelerar esta histórica campaña. Recursos de los que, sorprendentemente, el Ministerio de Sanidad no ha hecho uso dentro de su estrategia de vacunación. Se trata, básicamente, del Ejército, pero no es el único. Si el departamento que dirige Salvador Illa quisiera, podría echar mano de la Sanidad privada, de las farmacias y hasta de las mutuas de accidentes de trabajo. El ex ministro Miguel Sebastián ha llegado a proponer en Twitter el uso de estudiantes de enfermería y medicina, sanitarios jubilados y ONG con experiencia con vacunas en otros países.

La principal herramienta con la que cuentan tanto el Gobierno como las comunidades para acelerar la vacunación son las Fuerzas Armadas. De hecho, la ministra de Defensa, Margarita Robles, reiteró ayer su «disponibilidad plena» para cualquier cometido que les soliciten, como ya ha ocurrido recientemente con los rastreadores militares o con el traslado de las vacunas a las islas, a Ceuta y a Melilla en aeronaves de los Ejércitos de Tierra y Aire como parte de la «Operación Baluarte». «Es una competencia de las comunidades y, como siempre, donde se nos llame, allí estarán las Fuerzas Armadas».

Se trata de una tarea que podrían llevar a cabo los cerca de 3.000 sanitarios militares desplegados tanto en los hospitales de Madrid (Gómez Ulla) y Zaragoza (Orad y Gajias), como en la Farmacia Militar, el Centro de Veterinaria o el de Transfusión, entre otros. Una de las últimas capacidades aportadas por las Fuerzas Armadas es la del rastreo. Los uniformados comenzaron a formarse en julio y a día de hoy hay más de 7.500 del Ejército de Tierra, del Aire y de la Armada a disposición de las comunidades. En la actualidad hay unos 2.500 activados. Desde que comenzaron a rastrear en septiembre han contactado ya con cerca de 781.000 ciudadanos, incluyendo a casos positivos y posibles contactos estrechos. De media, hablan cada día con casi 9.000 personas.

Las regiones que más ayuda de estos profesionales han requerido han sido Castilla y León, Andalucía y la Comunidad Valenciana. Cataluña y País Vasco han rechazado el ofrecimiento.

La Sanidad privada es otra herramienta que aceleraría la vacunación y que el Gobierno no ha decidido usar, de momento. El sector, agrupado en torno al Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Idis), mostró ayer su disponibilidad absoluta en todas las comunidades para agilizar el ritmo de inmunizaciones, sin incrementar los costes del sistema sanitario. De hecho, los centros sanitarios privados ofrecen participar gratis, sin facturar nada por esta labor. Su red está formada por 458 hospitales, más de 12.000 centros médicos y cerca de 270.000 profesionales. «El aumento del número de contagios en las últimas semanas y el incremento de la demanda asistencial asociada, unida a la saturación ya existente en los servicios de atención primaria, dificultarán aún más la celeridad de la campaña de vacunación, lo que hace imprescindible que se utilicen todos los recursos disponibles para que, cuanto antes, esté vacunado un mayor porcentaje de población», asegura esta organización, presidida por Juan Abarca.

Otro colectivos que han hecho ofrecimientos para participar en una campaña de vacunación masiva es el de las farmacias. De hecho, la oferta para intervenir y para realizar test de detección de la Covid-19 en estas oficinas con el fin de cortar así de forma rápida la cadena de transmisión del virus ha sido una constante durante las últimas semanas por parte de Colegios como el de Madrid, que preside Luis González.

En caso de urgencia, Sanidad también podría recurrir a las mutuas, que ya han ofrecido hacer test de antígenos a los trabajadores y cuya participacion durante la pandemia en auxilio de los pacientes ha sido muy activa.

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