Caza
El SEPRONA, azote de los furtivos
El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) ha detenido/investigado a más de 250 personas en 2020 en relación con delitos en materia de caza.
La actividad cinegética en España es un sector que mueve más de 6.475 millones de euros al año y crea 187.000 puestos de trabajo, según el primer informe de Impacto Económico y Social de la Caza en España, elaborado por la auditora Deloitte. Asimismo, el gasto directo de la actividad cinegética supera los 5.470 millones de euros. Así pues, la actividad cinegética representa el 0,3% del PIB, que equivale al 13% del sector agrícola, ganadero y pesquero, al 4% del sector de la construcción o al 9% del sector financiero.
Ante un sector que genera tal interés económico existen unos delincuentes que abatiendo animales por sus trofeos, haciendo uso de cebos, matando a especies protegidas o disponiendo trampas ilegales entre otros actos delictivos, generan importantísimas pérdidas en el sector cada año además de lastrar y estigmatizar injustamente a los cazadores. Los furtivos son delincuentes, no cazadores.
Antes la presión de estos delincuentes la Guardia Civil cuenta con personal específicamente dedicado para combatir cualquier delito medioambiental incluyendo los relacionados con los furtivos. Este grupo especializado es El Servicio de Protección de la Naturaleza, más conocido como el SEPRONA.
El Cuerpo de la Guardia Civil ya en su creación en 1844, tanto en el primer Reglamento para el Servicio como en la Cartilla del Guardia Civil, verdadero código deontológico de la Institución, incluía disposiciones específicas sobre el compromiso de los guardias civiles con respecto a la protección de los montes, caza, pesca y en general cuidado de la naturaleza. Son pues más de 175 años los que la Guardia Civil lleva velando por nuestro entorno, cada vez con más celo, formación y profesionalidad.
En 1988, con el fin de asumir con el rigor que se merece la atribución expresa de la ley orgánica 2/86 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la que se encomienda a la Guardia Civil “velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a la conservación de la naturaleza y medio ambiente, de los recursos hídricos, así como de la riqueza cinegética, piscícola, forestal y de cualquier otra índole relacionada con la naturaleza”, se creó el Servicio de Protección de la Naturaleza, el SEPRONA, convirtiéndose de esta manera en la primera policía medioambiental de Europa y una de las más potentes del mundo.
La caza es una actividad regulada y su ejercicio, desde el punto de vista social, debe responder a un modelo de gestión sostenible, en consonancia con la protección del medio ambiente y la conservación de las especies, para lo cual resulta fundamental garantizar el cumplimiento de las leyes y disposiciones que la regulan, así como perseguir las actividades ilícitas que se cometen con ocasión del incumplimiento de las mismas.
En este sentido, el furtivismo se configura como un problema de primer orden por los múltiples efectos negativos que genera, y que van desde importantes pérdidas económicas para los propietarios de los derechos cinegéticos, que redundan en el empobrecimiento de las áreas rurales, unido al incremento de una sensación de inseguridad en las zonas más afectadas, hasta desequilibrios en los ecosistemas en el caso de acciones masivas e indiscriminadas de especies cinegéticas cuyo papel resulta muy importante para el resto de las especies, o cuando las mismas van directamente dirigidas hacia especímenes que gozan de una especial protección por encontrarse su supervivencia amenazada o en situación crítica.
El furtivismo es también objeto de las organizaciones y grupos criminales, ya que en muchos casos dichas actividades ilícitas les reportan grandes beneficios económicos, bien sea mediante la oferta y gestión de la propia acción cinegética prohibida, garantizando abatir o capturar especímenes especialmente atractivos por sus características físicas o rareza, por los que pueden llegar a pagarse importantes cantidades de dinero, o bien a través del comercio ilegal de dichos especímenes, sus partes o subproductos en el mercado negro (tráfico de especies).
El Servicio de Protección de la Naturaleza consta actualmente de aproximadamente 2000 componentes que velan por las disposiciones vigentes en materia medio ambiental. Velar por el cumplimiento de esa ley de y de las disposiciones administrativas en referencia a la actividad cinegética en cualquier punto del territorio español, es también objeto entre las muchas competencias que abarca la especialidad del SEPRONA.
Hay dos pilares en referencia a la caza:
Control del cumplimiento de la normativa cinegética. Teniendo en cuenta lo dispuesto al respecto en la normativa administrativa reguladora de la actividad en las distintas Comunidades Autónomas, se verifica el cumplimiento de la misma, en especial en cuanto a cupos, períodos, métodos de captura, ubicaciones, licencias de caza, etc.
Investigación de delitos de caza furtiva (tanto de especies cinegéticas como protegidas), denunciados o conocidos de oficio, valorando en especial similitud del modus operandi, motivación y grado de preparación del presunto autor/es, antecedentes en la zona, etc.
Entre los muchos delitos que podemos relacionar con la actividad cinegética encontramos: delitos sobre armas, municiones y explosivos, delitos de maltrato y abandono de animales domésticos. Respecto de las infracciones administrativas relacionadas están: infracciones a la normativa sobre pesca, infracciones a la normativa sobre flora y fauna, infracciones a la normativa de seguridad ciudadana sobre armas, infracciones a la normativa sobre sanidad animal y epizootias e infracciones a la sanidad pública y medicamentos entre otras.
En los últimos años se ha constatado una extraordinaria evolución en la protección y defensa de los animales y las condiciones necesarias para su bienestar, acompañado de un amplio desarrollo normativo. El bienestar animal es una de las grandes preocupaciones de la Guardia Civil y más especialmente del SEPRONA. Más del 10% de actuaciones que lleva a cabo la Guardia Civil en materia medio ambiental, se vinculan a lesiones o muertes de animales. La concienciación ciudadana es fundamental y cada vez se denuncian más este tipo de conductas.
Denunciar ante el SEPRONA
En un entorno aislado como es el medio rural, la colaboración ciudadana se hace fundamental para evitar y perseguir los delitos contra la actividad cinegética.
Respecto de la forma en la que el ciudadano puede denunciar o poner en conocimiento de la Guardia Civil cualquier conducta que crean pueda ser objeto no sólo de investigación, sino de inspección por parte del SEPRONA, debe hacerlo en cualquier dependencia oficial o a través de nuevos canales de comunicación como son las denuncias electrónicas. Así mismo, también a través de la aplicación de móvil AlertCops, en la pestaña de maltrato animal, pueden presentar denuncia en cualquier momento. La inmediatez y rapidez es fundamental en este tipo de delitos.
La delincuencia en materia cinegética ha aumentado en los últimos años, pero el buen hacer del SEPRONA ha significado que el número de delitos esclarecidos, así como de personas detenidas haya también aumentado de forma exponencial en los últimos cinco años.
Las infracciones penales han pasado de los 98 casos en 2015 a los 215 registrados en 2020. Así mismo, el número de detenidos ha sido de 98 y 252 en los mismos años. Esto supone un aumento de más del doble en solo 5 años.
En cuanto a las infracciones administrativas han superado las 2600 el pasado año.
Todas estas cifras demuestran por sí mismas la necesidad de contar con un grupo como el SEPRONA para que proteja un medio ambiente que es de todos, investigue los delitos cometidos y persiga a los delincuentes que infaman y deshonran a los verdaderos cazadores y a todo el sector cinegético en cada una de sus fechorías.
Gracias a la Sargento Ana Prieto del SEPRONA por los datos y la información facilitada.
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