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Conflicto

Los MIR toman la calle contra la ministra Darias

El sector sanitario se manifiesta para frenar la nueva elección telemática que aboca a elegir en horas, y a ciegas, entre 8.000 plazas

Miles de profesionales del sector sanitario de toda España protagonizaron ayer en Madrid una marcha que les llevó desde la Puerta del Sol hasta la sede del Ministerio de Sanidad, en el Paseo del Prado, bajo cánticos de «Carolina, dimisión» y pancartas donde se podía leer «Sin garantías, sin transparencia, no es elección, es sentencia», «Lo que ayer eran aplausos hoy son bofetadas» o «Víctima de la incompetencia del Ministerio». Se trata de la segunda movilización, tras la del pasado 17 de mayo, del conjunto de las asociaciones y sindicatos que componen este área para luchar contra el nuevo sistema de adjudicación, no elección, de las plazas de Médico Interno Residente (MIR).

Para la convocatoria de este año, Sanidad cambió la normativa y blindó la elección telemática ante la presencial. Con el nuevo procedimiento, cada aspirante entrega una lista con sus preferencias, tanto de especialidad como de destino, para que el sistema informático les asigne su plaza una vez llegue su turno. Esto, según las asociaciones de MIR, tanto médicas como de enfermería y otras áreas, genera una desventaja ya que hasta antes de la pandemia la elección se realizaba en directo y en tiempo real en la sede de Sanidad, de forma que cada aspirante podía ver qué plazas estaban disponibles en el momento de su decisión. Ahora debían elegir entre una lista de 8.000 destinos en unas horas.

Sanidad intentó frenar la convocatoria el viernes pasado reuniendo a los representantes de los MIR. Les propuso que la elección se realizase de 2.000 en 2.000 destinos, pero fue rechazada. Ayer mismo por la mañana la oferta mejoró en elegir de 400 en 400. Alejandra G. Dosio, representante de Formación Sanitaria Especializada Unida, explicó a LA RAZÓN que «es un oferta que tampoco se puede firmar. Es muy insatisfactoria». Confía más en la resolución urgente de varias demandas interpuestas ante los tribunales. Dosio recuerda cómo el Tribunal Supremo anulaba el mes pasado la orden de Sanidad en la que ya intentó establecer la obligatoriedad de solicitar por vía telemática las plazas de formación sanitaria especializada para la convocatoria 2019/2020. La Sala de lo Contencioso rechazó que el estado de pandemia lo justifique.

Y es que la situación se ha enquistado. Una representante del colectivo de enfermería, Sandra Villanueva, explicaba a este periódico que tienen previsto «concentrarse ante el Ministerio todos los días de esta semana desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la tarde». La indignación entre los manifestantes de ayer era total. Consideran que el nuevo sistema «no solamente es injusto, es que no ofrece garantías de ningún tipo», como resalta Dosio. Advierte de que como en un día «hay que hacer una elección improbable, como los de farmacia este mismo viernes, miles no encontrarán ni remotamente ni la especialidad, ni el destino por el que han preparado para el examen, así que van a renunciar». Esta cuestión es resaltada por las diferentes asociaciones y sindicatos del sector. Creen que este sistema de asignación, que no elección, repercutirá en un incremento del número de MIR que no tomen posesión de la plaza adjudicada y provocará un grave problema en el SNS, precisamente cuando estos médicos son más necesarios en muchas especialidades, por el gran número de jubilaciones de los próximos años.

Y, además, una fuerte pérdida de poder adquisitivo

Por si los problemas de los MIR fueran pocos, un estudio del Sindicato Médico de Granada demuestra que entre 2009 y 2021 han ido perdiendo un poder adquisitivo que va desde los 4.726 euros/año (el 14,8%) en el caso del facultativo residente de primer año y se llega hasta los 6.365 euros (14,8%) en el caso del facultativo residente de quinto año, guardias incluidas. La pérdida media supera el 10% en todos los casos. Y sumando otras circunstancias la pérdida económica puede superar el 20-25 % en muchos casos, aunque hay fuertes variaciones según la comunidad autónoma donde desarrollan su labor.