Pandemia
Luis Jodar: “Cada vez existe más convicción sobre la necesidad de vacunar a los adultos”
El director médico y responsable mundial de vacunas de Pfizer pone sobre la mesa el papel esencial de las vacunas en la prevención, una estrategia que permitiría ahorrar millones de euros a los sistemas nacionales de salud
La vacunación es una estrategia eficaz de salud pública para prevenir enfermedades infecciosas. Su uso ha reducido significativamente la carga de enfermedades prevenibles en los últimos 40 años, y evita entre 4 y 5 millones de muertes cada año en el mundo. La pandemia ha puesto sobre la mesa el papel de las vacunas, y ha evidenciado las ventajas de generalizar su uso en la población adulta, algo que ahorraría millones de euros a los sistemas nacionales de salud. Hablamos con Luis Jodar, director médico mundial de vacunas de Pfizer- uno de los responsables del desarrollo de Comirnaty, la vacuna contra la covid de la compañía y BioNTech- sobre el futuro de la prevención, de las vacunas y del SARS-Cov-2.
El virus sigue yendo siempre un paso por delante de nosotros ¿podemos aventurar cómo va a ser la siguiente variante?
Aunque se están desarrollando modelos estructurales in silico o computacionales de inteligencia artificial que tratan predecir como va a evolucionar el virus, todavía no han demostrado una utilidad práctica.
Hasta ahora, para describir la situación epidemiológica del SARS-CoV-2 nos hemos basado en los datos que emergen de los sistemas de vigilancia epidemiológica de los países, y claro, esto hace que sigamos persiguiendo al virus. Como consuelo, la tecnología de ARNm nos ofrece la posibilidad de desarrollar y producir una nueva vacuna adaptada a la cepa emergente en unos tres meses.
¿Es esto ideal? No, no lo es, porque siempre andamos un par de pasos detrás del virus. Lo ideal sería ser capaces de predecir qué variantes van a emerger tras Ómicron antes de que se expandiesen. Obviamente, tanto Pfizer como otras farmacéuticas e instituciones de investigación públicas estamos trabajando en nuevos candidatos vacunales que protejan universalmente, es decir, que confieran protección duradera independientemente de la cepa que predomine en ese momento.
¿Cuáles son los escenarios posibles que podemos encontramos en el futuro?
Hay varios escenarios posibles, aunque algunos son más probables que otros. El primer escenario consideraría la eliminación regional del virus debido a una cobertura vacunal muy alta y al efecto rebaño. Este escenario es altamente improbable debido a la continua evolución del virus, coberturas vacunales insuficientes y duración de protección limitada.
Un segundo escenario contemplaría una situación endémica con bajas incidencias del virus y una evolución limitada, en el que las dosis de refuerzo se administrarían solo a aquellas personas en riesgo alto.
¿Cuál es el más probable?
Aquel en el que pasemos a una situación entre endémica y epidémica, donde el virus continúe evolucionando, vayan apareciendo nuevas cepas de virulencia variable y sean necesarias dosis de refuerzo en todos los grupos etarios de manera estacional y anual.
Es un escenario parecido al de la gripe, en el que el virus tiene un comportamiento similar a la de los otros coronavirus endémicos. Estas dosis de refuerzo serían adaptadas a la variante circulante, hasta que se consiga una vacuna universal que sea efectiva con independencia de las mutaciones.
Lo que está claro es que, para poder estar preparados para cualquier contingencia, necesitamos una vigilancia epidemiológica reforzada capaz de detectar de forma rápida la emergencia de nuevas variantes.
¿Cuándo estará disponible su vacuna para niños menores de 5 años? ¿Cuántas dosis tendrá?
En las próximas semanas se darán a conocer los datos de seguridad e inmunogenicidad de la vacuna de Pfizer-BioNTech en niños de entre 6 meses y 4 años, y si son satisfactorios, aplicaremos a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para su autorización de emergencia. El régimen va a ser de 3 dosis, que esperamos que proporcionen una protección suficiente contra Ómicron, sobre todo contra la enfermedad severa, y potencialmente, contra nuevas variantes.
¿Qué recomendación haría sobre las dosis de refuerzo en niños y adultos sanos?
Actualmente, la indicación pediátrica en niños de entre 5 y 11 años es de dos dosis administradas con tres semanas de diferencia, pero, contra Ómicron – e incluso contra Delta – se ha visto que, a partir de cierto tiempo, la protección empieza a decrecer. Por ello, creemos que una tercera dosis en la población de 5 a 11 años, especialmente contra la Ómicron, o de cara a nuevas variantes, va a ser necesaria.
Esa pérdida de efectividad de la vacuna después de la primovacunación también se ha observado en adultos, de ahí la importancia de la dosis de refuerzo. Lo que hemos visto en todos los estudios de efectividad es que la protección aumenta significativamente, sobre todo contra la enfermedad más severa y contra Ómicron, con dosis de refuerzo. Pero la cobertura vacunal de esta tercera dosis es aún baja, ya que solo alcanza el 20% por ciento globalmente.
¿Y sobre la cuarta dosis?
Lo que hemos observado en los estudios epidemiológicos de efectividad es que la protección tras la tercera dosis de la vacuna BNT162b2 contra la variante Ómicron – que es altamente transmisible – decrece en el tiempo contra la infección o la enfermedad sintomática más leve, mientras que permanece alta contra la enfermedad severa. Aun así, estudios de efectividad en Israel han demostrado que la administración de una cuarta dosis o segundo refuerzo proporciona una protección todavía más alta contra la enfermedad severa y la muerte.
¿Se acabará incluyendo la vacuna de la covid en el calendario vacunal infantil?
No lo sabemos con certeza, dependerá de cómo evolucione el virus y su grado de virulencia. En un escenario en el que el virus siga circulando y evolucionando, causando infecciones y enfermedad -de manera estacional o durante todo el año- tendría sentido la incorporación de una vacuna segura y eficaz al calendario infantil.
Además, hay que tener en cuenta que todavía estamos caracterizando las consecuencias a largo plazo sobre la salud de la infección con el SARS-CoV-2, lo que se ha llamado el «covid persistente»
¿Cuándo estará disponible su vacuna frente a Ómicron?
Actualmente estamos evaluando diferentes candidatos, incluyendo vacunas adaptadas contra Ómicron, así como candidatos bivalentes, que combinen la cepa original con la de Ómicron.
Existen varias alternativas, tanto de formulación como de dosis, en un intento de encontrar el candidato que proporcione una eficacia mayor con una reactogenicidad más aceptable. Estos candidatos se encuentran en fase III y, según sean los resultados, los presentaremos a las agencias regulatorias de Estados Unidos y Europa. Esperamos contar con la aprobación del candidato más adecuado los próximos meses.
Moderna anunció hace unas semanas que su vacuna combinada gripe-covid podría estar disponible en otoño de 2023 ¿Existe una línea de investigación en Pfizer para esta vacuna?
En Pfizer seguimos muchas líneas de investigación, y el desarrollo de vacunas combinadas es algo que nos estamos planteando con el COVID-19 y con otros patógenos. Pero más allá de la hipotética conveniencia de combinar vacunas para simplificar el calendario vacunal y disminuir el número de inyecciones, debe tener sentido epidemiológico y científico.
Todavía no esta tan claro que el SARS-CoV-2 vaya a comportarse como un virus estacional y que coincida con el virus de la gripe. Además, combinar vacunas no es tan sencillo, hay que ver que no existan interferencias entre los componentes que hagan decrecer su efectividad. Al mismo tiempo, estas vacunas tendrían que modificarse cada año, ya que las cepas de la gripe cambian de año en año y todavía no sabemos el ritmo de evolución del SARS-CoV-2. Como concepto puede resultar atractivo a primera vista, pero todavía hay que resolver un gran número de cuestiones.
Y más allá de la covid, ¿cuáles son las estrategias de Pfizer en el área de vacunas?
En principio nos estamos centrando en tres ejes. En primer lugar, el desarrollo de nuevas vacunas ha de estar necesariamente dirigida hacia aquellos patógenos que causen una mayor carga de enfermedad y un mayor impacto económico para los sistemas nacionales de salud.
En segundo lugar, debemos de profundizar en la innovación tecnológica, esto es, mantener el liderazgo de plataformas tecnológicas establecidas (vacunas conjugadas) e invertir en nuevas plataformas vacunales (ARNm, nuevos adyuvantes) o epidemiológicas (big data, inteligencia artificial).
Y finalmente, en cuanto a las tendencias futuras en el desarrollo de vacunas, cabe destacar lo siguiente: cada vez un mayor consenso en la necesidad de vacunar a los adultos (acelerada por la covid). Hay que pensar que hasta hace relativamente poco las vacunas se habían centrado en la protección de los niños. Esto ha ido cambiando en los últimos años, y cada vez se aprecia cada vez más el valor de la prevención en las personas adultas.
Al mismo tiempo, se están desarrollando vacunas destinadas a la inmunización maternal que mediante la transferencia pasiva de anticuerpos sean capaces de garantizar la protección en los neonatos, por ejemplo, contra infecciones causadas por el virus respiratorio sincitial o el estreptococo grupo B. Finalmente, los calendarios vacunales están cada vez más masificados, y se hace necesario plantearse la combinación de los candidatos vacunales, que simplifiquen los calendarios, aumenten la cobertura vacunal y permitan la incorporación de nuevas vacunas.
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