Dificultad de extinción

La cruel resistencia de los incendios de cuarta generación

Los fuegos que llegan a límites poblacionales como el de Bejís o Valld’Ebo, que siguen activos, resultan más complejos de extinguir

A pesar de que la lluvia de la noche anterior supuso una noticia excelente para el buen avance en la extinción de los fuegos de Valencia, la situación continua siendo compleja sobre todo por los cambios de viento. Es más, el Puesto de Mando Avanzado del incendio de Bejí, en Castellón, decidió el confinamiento del municipio de Andilla que se sumaba así al de Alcublas, ambos en Valencia, ante la evolución del frente sur del incendio que comenzó el lunes por la tarde.

Y es que, aunque las tormentas a priori puedan suponer un alivio para sofocar las llamas, también conllevan el peligro de que los rayos generen nuevos focos. Es más, la Comunitat Valenciana registró en 24 horas un total de 3.324 rayos, de los que 810 impactaron en tierra y gran cantidad de ellos cayeron sobre la zona cercana al incendio forestal de Bejís en la provincia de Castellón, según informa Europa Press. Precisamente, el fuego de Bejís se originó el lunes por la caída de un rayo, al igual que el de Vall d’Ebo (Alicante).

La situación de este segundo es más favorable, es más, los vecinos de todos los municipios que habían sido evacuados pudieron regresar a sus viviendas. De hecho, la dirección del incendio forestal de la Vall d’Ebo (Alicante) demobilizó a los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que trabajaban en la zona.

Una foto del satélite Sentinel-3 del programa espacial Copernicus de la Unión Europea que capta los fuegos de la Comunidad de Valencia
Una foto del satélite Sentinel-3 del programa espacial Copernicus de la Unión Europea que capta los fuegos de la Comunidad de Valencia-EFE/Copernicus EU

Tal está siendo la magnitud y resistencia de estos incendios forestales que el humo que han generado se puede apreciar desde el espacio, según una foto del satélite Sentinel-3 del programa espacial Copernicus de la Unión Europea. En un tuit, el programa de observación espacial ha señalado que el incendio de Bejís ha calcinado 13.451 hectáreas, mientras que el de Vall d’Ebo ha alcanzado 13.116.

Menos siniestros, más terreno

Según los mapas de Copernicus, el incendio de Bejís generó una nube de humo que cubrió casi toda la Sierra Calderona y el interior sur de Castellón y Teruel. De hecho, el miércoles por la noche el olor a quemado se expandía por el litoral de Valencia y Castellón, a más de 50 kilómetros de la zona.

Mientras, en la imagen se ve como el incendio de Vall d’Ebo genera una nube algo menor, debido a que está ya menos activo y la nube de humo afecta a áreas de la Marina.

Por este motivo, la labor titánica de los profesionales que trabajan en su extinción también han superado sus marcas. Los aviones contra incendios del 43 Grupo del Ejército del Aire han batido este verano, «muy duro» y «sin precedentes», su récord en 50 años de servicio: han participado en 132 incendios junto a las brigadas terrestres, frente a los 80 del año pasado, registrando hasta el 15 de agosto 588 salidas de extinción, más del doble que en 2021, y más de 2.000 horas de vuelo, casi el triple que en el mismo periodo del año anterior.

Y es que tal y como comentan los expertos, los incendios de cuarta generación, es decir, aquellos en los que las llamas llegan hasta los límites de pueblos y viviendas, como ha ocurrido en Bejís o en el Valld’Ebro, entre muchos otros, presentan una gran dificultad de extinción y subrayan que la clave es la prevención, por lo que «hay que dejarse de excusas y poner los recursos necesarios para todas esas acciones preventivas que son imprescindibles». «Sabíamos que estos incendios de cuarta generación, que con menos siniestros quemarían más hectáreas, iban a llegar, porque el cambio climático o las condiciones de nuestros montes no pasan solo por tener medios de extinción, tenemos medios y muy buenos profesionales, pero estos incendios se apagan con trabajos previos y mediante la prevención», afirmó el coordinador de WWF para Doñana, Juanjo Carmona, en declaraciones a EP.

Y es que aunque ahora el foco esté puesto en Valencia, otras comunidades como Andalucía también han sido arrasadas por el fuego llegando a un total de 10.842,17 hectáreas quemadas en Andalucía hasta la mitad de agosto, una cifra que duplica la media de la última década (4.734,86 hectáreas) y ha afectado en un 44,61% a superficie de matorral y en un 55,39% a superficie arbolada, destacando Málaga y Huelva como las provincias con mayor superficie afectada en terrenos forestales.