El 77% de las personas sacrificaría su vida personal por el éxito laboral

Margaret Thatcher, ex primera ministra del Reino Unido, definió el éxito como “una mezcla de tener un don para lo que estás haciendo; sabiendo que no es suficiente, que tienes que hacer el trabajo duro, y tener un cierto sentido de propósito”. Sin duda, el éxito es un imperativo en nuestros días, y ha sustituido a otros ideales como la ética o la moral, la cohesión social o el esfuerzo.

Según una encuesta realizada a 1.000 personas por la plataforma MiCVideal, el 77% de ellos sacrificaría su vida personal por lograr el éxito en su vida laboral. Un éxito que, según sus respuestas, se define por tener un empleo estable (81%), ingresos altos (80%), y ser un experto en un área laboral (80%). Este factor es casi igual de importante para hombres que para mujeres. Sin embargo, los datos de la encuesta muestran una interesante correlación entre la edad de los encuestados y la relación entre el éxito y los ingresos. Así, el grupo de edad que presta más atención al dinero son los encuestados de entre 26 y 40 años. El 85% de ellos está de acuerdo en que tener unos ingresos altos es sinónimo de éxito profesional. Entre los encuestados de 25 años o menos, “solo” el 74% lo cree.

Pero la misma encuesta muestra un resultado contradictorio, porque el 80% de los que participaron declararon que sacrificarían su vida profesional por tener éxito en su vida personal, lo cual implica, como variables principales, la ser de capaz de perseguir nuestros sueños (83%) y tener una familia (80%). ¿Cómo se explica esta contradicción?

“En la realidad existe esta paradoja sobre que la mayoría de la gente está dispuesta a sacrificar su vida personal para conseguir el éxito en la profesional, pero también, al mismo tiempo, un porcentaje similar haría exactamente lo contrario”, explica José Ramón Ubierto, psicoanalista y doctor en Psicología de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC). “Lo que todas las encuestas nos dicen (no solo está) es que cuando la gente responde a preguntas sobre la felicidad o sobre el éxito siempre sobrevalora su situación, y expresa más el anhelo que lo que vive en realidad. Esto explica por qué los miles de encuestas que se han hecho sobre felicidad y éxito- entre otros temas- no corresponden a la realidad social (la cantidad de personas que están paro, que tienen problemas de vivienda, que sufren precariedad social)”.

“Si ponemos el ejemplo de Dinamarca, que es país de Europa que siempre encabeza los índices de felicidad, los daneses son todos conscientes de que, cada vez que les pregunte, tienen que seguir abanderando que lo son, a pesar de que se paguen muchismos más impuestos que en España, haya 20 veces más suicidios que aquí, tasas muy altas de feminicidio y cada vez más problemas con la población inmigrante. Esto ocurre también en España, donde la felicidad es como el ‘orgullo nacional’, y por eso estas encuestas siempre dan esa idea contradictoria”, añade.

De hecho, parece haber un cierto consenso respecto a que el éxito está relacionado tanto al ámbito personal como el profesional. Sin embargo, el éxito en la vida profesional parece ser más importante que una vida privada satisfactoria.

Pese a la difícil coyuntura social que atraviesa nuestro país (inflación, crisis energética) el 90% de las personas que participaron en este sondeo cree que logró éxito en la vida. Por sexos, esta afirmación se dio más en mujeres que en hombres.

Felicidad “fingida”

“Hoy en día, el éxito está ligado a la idea de la felicidad, aunque en realidad nadie sabe bien que significa esto, a pesar de que hay una ciencia- la del pensamiento positivo- y una industria detrás de este concepto. Todo esto tiene unos orígenes muy antiguos en el pensamiento filosófico, desde John Stuart- Mil- padre del utilitarismo inglés a Waldo Emerson en Estados Unidos- que es el padre de la psicología positiva. En toda esta doctrina se unen tres conceptos: el éxito, la felicidad y el individualismo- la singularidad del yo-. Esta filosofía oculta los datos objetivos que tenemos hoy sobre suicidios, consumo de tóxicos, autolesiones, paro, desahucios, etc.”, destaca el especialista. “Por tanto, yo creo que la conclusión más importante de estas encuestas es que para la gente es vital dar la imagen de que es feliz y tiene éxito, porque, de lo contrario, tendría un problema grave respecto a su representación personal, ya que significaría que es un mediocre o que no se ha esforzado lo suficiente”.

Cuando se trata de la vida personal, la mayoría de los encuestados -el 83%- coincidieron en que poder alcanzar sus sueños es la mejor prueba de éxito. Un poco menos, el 80%, cree que el éxito en la vida personal también está determinado por tener una familia, por sentir satisfacción y realización en el día a día, y por lograr graduarnos de la universidad. Como factor determinante del éxito, el 79% de los encuestados consideró el tener un propósito en la vida, mientras que para el 76% tener un apartamento o una casa propia también importa.